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Los caminos férreos que conducen a Emilio Alarcos Llorach

El Rector y Josefina Martínez inauguran una gran exposición sobre la vida y la obra del filólogo, construida como un viaje en tren

Ignacio Villaverde, Josefina Martínez, Pilar García Cuetos, Miguel Alarcos y Miriam Perandones, en la sala de la Universidad. En detalle, un texto manuscrito de Alarcos y una foto del filólogo y Josefina Martínez en un viaje. | Irma Collín

El “tren Alarcos” inició ayer trayecto en el edificio histórico de la Universidad. Sobre esa idea, la de un viaje en ferrocarril, ha construido Miguel Alarcos, el hijo del filólogo, en colaboración con María Martínez-Cachero, el relato expositivo de “Las 4 estaciones de un humanista poliédrico: recorrido y trayectoria fructíferos”, la muestra que ayer se inauguró en la sala de exposiciones universitaria.

La muestra fue inaugurada en un acto presidido por el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y en el que también intervinieron Josefina Martínez, catedrática emérita de Lengua Española de la Universidad y directora de la Cátedra Alarcos; Pilar García Cuetos, vicerrectora de Extensión Universitaria, y Miguel Alarcos, en su calidad de comisario de la exposición.

“Emilio Alarcos creó una escuela que sigue perdurando”, señaló Villaverde, que dejó entrever cierta añoranza por la época universitaria en la que ejerció el filólogo: “Ahora hay una ingeniería curricular que agobia a los jóvenes investigadores, nos hemos hecho más burócratas, empeñados en escribirlo todo en inglés”.

Josefina Martínez hizo una vívida semblanza de Alarcos, reiterando su amor por Oviedo y su epopeya profesional desde que “ya con 28 años inició un giro copernicano” que revolucionó la lingüística española. “Su magisterio ha dirigido toda mi obra filológica”, añadió Martínez, que celebró la inserción de esta exposición dentro de los actos y actividades con los que se conmemora, este año, el centenario del nacimiento de Emilio Alarcos.

Pilar García Cuetos mostró complicidad con Martínez y Miguel Alarcos, del mismo campus de Humanidades del que ella (catedrática de Historia del Arte) procede, y destacó el recorrido por la vida y la obra de Alarcos que plantea la muestra. Un itinerario que Miguel Alarcos y María Martínez-Cachero armaron a través de textos manuscritos, fotografías familiares, libros de la biblioteca del filólogo y una abundante documentación.

La muestra se estructura como un viaje en tren con cuatro estaciones. Algo que, según explicó Miguel Alarcos, decidió atendiendo a la fascinación que su padre sentía de niño por los ferrocarriles. La cuatro estaciones son: “Génesis y formación de un humanista (1922-1943)”; “Encrucijada de rieles (del Alarcos científico al docente y al académico de la RAE)”; “Vías poéticas, artísticas y lectoras”, y “Alarcos ingeniosamente humano (o el poliedro fructífero y perdurable)”. En cada una de estas paradas, emerge un Alarcos singular, con mucha información inédita de su trayectoria.

Miguel Alarcos destacó algunas. Como la destreza de su padre para el dibujo, “especialmente para la caricatura”, algo que cultivó también durante su infancia. Y una curiosidad, que se descubre, no sin asombro, en el último ámbito de la muestra: “Alarcos era un gran futbolero”.

El recorrido expositivo se completa con un vídeo con imágenes del filólogo, que se puede contemplar sentado en un banco de estación, y con una melodía de Miguel Alarcos, “El tren Alarcos”, que complementa el itinerario.

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