La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Postolache será trasladado a la cárcel de León para garantizar su seguridad

Las autoridades penitenciarias extreman la vigilancia para evitar que el presunto asesino de Erika sea agredido o vuelva a autolesionarse

Centro Penitenciario de Asturias

La estancia de Igor Postolache en la cárcel de Asturias apenas llegará a las 72 horas. Fuentes penitenciarias confirmaron que el moldavo de 32 años acusado de asesinar e intentar violar a Erika Yunga, la niña de 14 años muerta el pasado día 5 en el rellano del primer piso del número 69 de la calle Vázquez de Mella, será trasladado hoy, Viernes Santo, a la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas. Es un intento más para garantizar la seguridad e integridad física del varón al que la juez envió a prisión el martes tras pasar una semana ingresado en el HUCA recuperándose de las cuchilladas que se propinó a sí mismo antes de entregarse a la Policía Nacional.

El traslado de presos a León es algo habitual cuando se dan casos como el de Postolache. Las características de los delitos que se le imputan, unidas a la repercusión mediática de los hechos, convierten al que fuera vecino de su supuesta víctima durante un par de semanas en carne de cañón ante el riesgo de que otros presos quieran tomarse la justicia por su mano.

En el caso de Igor, los responsables de la cárcel también temen que intente suicidarse o volver a autolesionarse como ya hiciera en el lugar del crimen, presumiblemente, justo después de apuñalar a Erika en el rellano y arrastrarla hasta el interior del 1ºE, el piso que tenía alquilado desde el pasado 22 de marzo, según explicó el abogado de su madre, Pedro Gutiérrez Gómez.

Desde su llegada a las dependencias ubicadas en la localidad llanerense de Villabona, el presunto asesino ha pasado las horas en la enfermería junto a otros reos enfermos o ancianos y acompañado por un preso de confianza, cuya vigilancia resulta indispensable para tratar de impedir intentos de suicidio.

A pesar de que su testimonio se antoja clave para tratar de esclarecer lo sucedido en el bloque de viviendas de Vallobín, donde Erika también residía junto a sus padres y sus dos hermanos mayores en el cuarto piso, Postolache ha guardado hasta la fecha silencio sobre lo ocurrido hace diez días. Tras ser operado de urgencia y bajo vigilancia policial la misma noche del crimen, la jueza decretó prisión provisional al negarse a declarar, aunque el traslado a prisión no se materializó hasta hace tres días.

No consta tampoco que haya decidido poner su defensa en manos de un abogado. El sospechoso se negó tanto a recurrir a un letrado contratado como a uno de oficio, si bien es cierto que el abogado de su madre tiene intención de hablar con él para ofrecerle su asesoramiento legal. Gutiérrez Gómez acudió el martes por la mañana al juzgado para solicitar una cita con Igor en el HUCA, pero la respuesta fue negativa y unas horas más tarde conoció que el hijo de su cliente era trasladado a la cárcel.

Según explicó el propio letrado, ni siquiera la madre, que el pasado lunes hizo pública una carta abierta para trasladar su intención de reunirse con la familia de Erika y pedirles perdón “personalmente”, ha hablado todavía con su hijo por lo que desconocen cuál es su versión sobre los hechos. “Es un poco raro, pero nunca pensamos que fuera a hacer algo así”, indicaron los allegados de Postolache a raíz de lo ocurrido en el número 69 de Vázquez de Mella.

La familia de Érika, por su parte, continúa recluida, “gestionando su dolor”, según las palabras del abogado penalista al que han recurrido para llevar las riendas de la acusación particular. Preguntado por el ofrecimiento de la madre de Igor, el portavoz legal de los padres de Erika fue rotundo. “La madre no tiene la culpa de lo que haga su hijo, no tiene por qué pedir perdón”, indicó ante la posibilidad de un encuentro íntimo entre ambas familias.

Los letrados están a la espera de que la autoridad judicial levante el secreto de sumario para tomar posiciones de cara a un procedimiento penal que podría ir para largo. De momento, según ha podido saber este periódico, las investigaciones apuntan a que Erika falleció a consecuencia de la herida que le provocó una de las puñaladas en el pulmón. Las mismas fuentes señalan que el presunto asesino actuó con ensañamiento al propinarle incluso cuchilladas en el rostro con la misma arma blanca con la que, a continuación, se autolesionó mediante decenas de cortes.

Compartir el artículo

stats