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Domingo Caballero, en una imagen de 2016.Luisma Murias

Fallece Domingo Caballero, “un poeta humilde y un profesor leal” con sus alumnos

Docente en la Universidad de Oviedo, alternaba las clases con la escritura y fue colaborador en el suplemento “Cultura” de LA NUEVA ESPAÑA

El poeta y psicólogo Domingo Caballero falleció ayer en Oviedo, a los 80 años de edad. Autor singular y profesor carismático, Caballero llevaba unos años alejado de la vida pública, aquejado de una enfermedad que le había provocado un notable deterioro físico.

Nacido en León en 1941, en el seno de una familia con profundas creencias religiosas, Domingo Caballero se orientó primero hacia el sacerdocio, pero su vocación le llevó finalmente a estudiar Lengua y Literatura en Oviedo, donde entró en contacto con los movimientos estudiantiles y con coetáneos que acabarían siendo figuras cruciales en su trayectoria vital. “Tenía mucha amistad con Julio Vaquero, Álvaro Ruiz de la Peña, Jaime Herrero y David Ruiz, eran su camarilla”, relata su hijo, David Caballero.

Álvaro Ruiz de la Peña: "Era un fuera de serie, un gran poeta al que no le interesaba la fama"

Álvaro Ruiz de la Peña recordaba ayer con cariño a su amigo. “Lo conozco desde hace cincuenta años, hicimos la mili juntos. Era un tipo excelente, una de las personas con una inteligencia más grandes que he conocido en mi vida. Era un fuera de serie. Un gran poeta. Y demasiado humilde, no le interesaba la fama, él daba sus clases y no quería figurar. Había estado en Palencia, donde fue catedrático de Lingüística y en Oviedo tuvo un círculo de estudiantes que le querían muchísimo”, señala. David Caballero, por su parte, recuerda los reencuentros estivales de los dos amigos, en tierras llaniscas como un momento muy especial para su padre.

El desempeño profesional de Domingo Caballero le llevó a Palencia, donde vivió durante varios años y donde nació su hijo. Llegó a ser catedrático de Instituto de Lengua y Literatura, pero tras separarse retornó a Asturias, donde completó una tesis en el campo de la psicología social, titulada “La categoría de ‘conflicto’ en el análisis psicolingüístico. Retórica y discurso escolar”. Tras doctorarse, Domingo Caballero accedió a una plaza en la Universidad de Oviedo, donde destacó como un profesor carismático que marcó a varias generaciones de estudiantes.

Uno de aquellos estudiantes fue Edu Galán, quien mantuvo el contacto con su antiguo profesor durante toda su vida. “La inteligencia de Domingo Caballero era deslumbrante, me dio clase con 20 años y me cambió la vida. Daba Comunicación y Marketing en la carrera de Psicología y fue el que me recomendó que fuera por esa área, el área de la comunicación. Era muy leal y lo que tenía es que, aunque él no lo creyese, tenía respuestas a todo lo que a mí me importaba”, señala el escritor y crítico cultural.

En paralelo a su desempeño como profesor, Domingo Caballero firmó una notable trayectoria como poeta, que fructificó en cinco libros. Los dos primeros, “Vacas de Lebanza” y “Autogeografías”, los publicó residiendo aún en tierras palentinas. Asentado ya en Asturias, publicó “Fauna de varia lección” (2008), “Pasos contados” (2012) y “Una silla roja” (2016). Además, Caballero fue durante años colaborador habitual del suplemento “Cultura” de LA NUEVA ESPAÑA.

La capilla ardiente de Domingo Caballero está instalada en el tanatorio Los Arenales, donde esta tarde, a las 18.45 horas, se procederá a su incineración.

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