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La fuerte alza del gas provoca un subidón de las cuotas de las comunidades de vecinos

Los administradores de fincas recomiendan instalar en los edificios energías alternativas, como placas solares, que "en Oviedo salen gratis"

Varios bloques de edificios en el centro de Oviedo. Miki López

La espectacular subida del precio del gas está poniendo contra las cuerdas a las comunidades de vecinos ovetenses con calefacción central. Los administradores de fincas prevén que este crudo invierno, y fruto de ese encarecimiento, haya que incrementar notablemente las cuotas de la comunidad de manera importante para poder afrontar este gasto extra. "En 2020 los recibos se mantuvieron congelados; el año pasado ya hubo alguna subida; pero para este año se espera un alza importante", pronostica el vicepresidente del Colegio de Administradores de Fincas, Juan Carlos Bachiller.

Ante este escenario, el consejo que están transmitiendo los administradores de fincas en todas las reuniones que tienen con las comunidades de vecinos es el de apostar de forma inmediata por fuentes de energías renovables con las que poder ahorrar dinero a final de mes. En Oviedo, por ejemplo, los administradores están pidiendo que se aprovechen las bonificaciones que tiene el Ayuntamiento para instalar placas solares en los techos de los edificios. Bastante jugosas. Al menos, más generosas que las de otros municipios y que sumadas a las ayudas estatales para este tipo de fuentes energéticas hacen que su instalación "salga gratis". El propio Consistorio reconocía recientemente que estas bonificaciones están incrementando de forma muy notable el apetito de las comunidades de vecinos por enchufarse a la red mediante estas nuevas fuentes energéticas. A la vez que piden que se potencien este tipo de obras, beneficiosas para el bolsillo de los propietarios, los administradores de fincas están proponiendo que se congelen completamente los trabajos de lo que llaman "ornamento". Es decir, todas aquellas mejoras estéticas en los propios edificios que no sean estrictamente necesarias. Es el momento de ahorrar, no de derrochar.

Muy gráficamente, Bachiller resume la situación echando mano de cifras. "La gasolina ha subido de forma considerable y para las comunidades de vecinos no hay bonificaciones fiscales; el precio del carbón se ha triplicado; los pellets han incrementado su precio en un 30%; mientras que el gas ha multiplicado ya por tres o por cuatro su precio", describe. Por lo general, el gas es la fuente energética de la que más tiran las calefacciones centrales de las comunidades de vecinos de la capital y, por extensión, de Asturias, por lo que Bachiller centra aún más el tiro. "Si una comunidad venía pagando 0,035 euros por el gas antes de todo esto ahora está abonando 0,21. Para muchos es una gran faena", señala. El subidón es importante y está comenzando a trasladarse a los recibos.

El problema es que el bolsillo anda ya algo tocado y ya hay propietarios que están teniendo serios problemas para abonar las cuotas tal y como están ahora, con lo que los administradores de fincas prevén que el problema de impagos –que por el momento es solo incipiente– se multiplique de manera exponencial durante el invierno. "Hay otro problema que es que si hay un vecino que no paga el recibo, son el resto de los propietarios los que tienen que repartirse el coste", apunta Bachiller. La alternativa en caso de impagos es que el suministrador corte el grifo por lo sano, con lo que las comunidades deben evitar por todos los medios entrar en números rojos. Aunque sea haciendo equilibrios con las cuentas. "Hay algunas comunidades de vecinos en otras regiones que ya han decidido que este invierno no van a encender la calefacción central para poder ahorrar; por el momento no tenemos constancia de que haya casos así en Asturias", señala Bachiller.

Con todos estos datos sobre la mesa, los administradores de fincas han pedido al Gobierno que las comunidades de vecinos puedan cogerse a la conocida como tarifa regulada, más conocida como TUR, para evitar una oleada de impagos y, consecuentemente, cortes en el suministro. El caso es que ahora mismo el consumo que tienen las calderas comunitarias sobrepasa, por lo general, el límite marcado para poder optar a las bonificaciones y a los beneficios de esa tarifa regulada con lo que no les queda más remedio que acudir al mercado libre, mucho más caro. Tanto que pueden llegar a pagar hasta cinco veces que teniendo una tarifa regulada. La paradoja de esta situación es que un chalet o una vivienda unifamiliar sí que puede acogerse a esta tarifa regulada; sin embargo, una comunidad no, relatan los administradores.

Aunque hay algunas comunidades que fueron algo previsoras, señala Bachiller, y a la vista de lo que se avecinaba el año pasado firmaron un contrato con sus suministradores para pagar un precio fijo en su factura durante los próximos dos años. Sin embargo, las hubo que pusieron las miras mucho más cortas y solo negociaron contratos de suministro a un precio estable durante un año. Con lo que ahora a muchas les toca renegociar, pero ya con un incremento notable de los costes.

Otro asunto es el de la inflación que puede provocar un incremento de muchos de los costes asociados que tienen las comunidades de vecinos, como los contratos para la limpieza, la seguridad o el mantenimiento de los ascensores. Eso ocurrirá, previsiblemente, a partir de enero. Todo esto sumado puede provocar un importante incremento de las cuotas de las comunidades de vecinos para el próximo año.

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