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Alumnos del centro, jugando con una pelota gigante. | Irma Collín

Los lunes al cole

Los lunes al cole en Oviedo: El Veneranda Manzano, hermanado con una escuela de Madagascar

El Veneranda Manzano abre espacios y suma proyectos para estrechar los vínculos entre padres, alumnos y docentes y lograr la escuela "idílica"

LA NUEVA ESPAÑA inicia hoy un recorrido por los colegios de Oviedo. Este acercamiento a la realidad educativa del concejo se publicará semanalmente. Los protagonistas serán el alumnado, el profesorado y las familias de los diferentes centros. La serie arranca con el colegio Veneranda Manzano, en el barrio de San Lázaro.

Nueve de la mañana de un viernes. La jornada escolar en el colegio Veneranda Manzano de San Lázaro empieza a 8.800 kilómetros de distancia. Los alumnos de sexto curso del centro entran en contacto por videollamada y comparten experiencias con estudiantes de Madagascar con los que se han hermanado. Unos minutos después de comenzar la animada charla, ya saben que en la isla africana las clases empiezan antes, a las 7.30 horas, y que las familias suelen ser más numerosas. Pero más allá de las diferencias hay también nexos de unión y el fútbol es uno de ellos, y enseguida se pasa a habla de Messi y Cristiano Ronaldo, a los que conocen los estudiantes de Madagascar que participan en el encuentro telemático.

En unos días, los alumnos organizarán un mercadillo solidario a fin de recaudar fondos para el colegio de la isla africana y así hacer frente a los daños sufridos por un ciclón. Esa conexión que se vive en el Aula Pico, que recuerda a José Luis Fernández Pico, que fue conserje del centro, se traslada a otra de las dependencias. Allí se celebran los llamados "desayunos de los miércoles del Paraíso Veneranda", donde familias de alumnos del centro y el profesorado profundizan en el proyecto "Patios habitables".

No falta en esta iniciativa la participación de los escolares, ya que, para empezar, se les consultó sobre "su colegio idílico", dice la directora del centro, Noelia Granda. De sus sugerencias "se tuvieron en cuenta sus propuestas realistas" y se empezó a trabajar.

Andrea Rodríguez, Lucía Rodríguez, Inés Fernández y Cristina Espada, del proyecto «Patios habitables», en un espacio en el que se actuará.

El rocódromo construido en el patio es una de las actuaciones ejecutadas, pero no la única. El Veneranda Manzano cuenta también con unos bancos y mesas realizados con palés de madera donados por el festival Kuivi Pop Up y que los alumnos se encargaron de ordenar y colocar. Ahora "se sientan en esa zona para merendar o charlar", explica Inés Fernández, coordinadora de "Patios habitables" y la docente que lleva más años en el centro, catorce.

Pero el proyecto estrella será el que empezarán a desarrollar en breve en un patio interior, "el Paraíso Veneranda". Será un aula polivalente, "con una zona de descanso, en la que se puedan dar clases de ciencias y que tenga un jardín", explican Andrea Rodríguez, Cristina Espada y Lucía Rodríguez, madres que participan en las reuniones de los miércoles.

Lucía Mir, Begoña García, Adrián Marulanda, Noa Huerta y Daniel Requena, junto a las portadas de los periódicos que elaboraron.

"Es un proyecto ambicioso, el objetivo es cambiar los espacios y mejorarlos para el disfrute del alumnado", agrega Inés Fernández, subrayando: "La unión hace la fuerza. Si queremos que la comunidad crezca, hay que contar con las familias". Para financiar todas estas actuaciones instalan mercadillos y ponen en marcha otras acciones para recaudar dinero. También cuentan con la estrecha vinculación que ha mantenido a lo largo de los años la familia de Veneranda Manzano, la maestra piloñesa que da nombre al centro, que fue elegida diputada por Asturias en las elecciones de 1933 y un referente en la lucha por la igualdad.

Vítor Álvarez, alumno de quinto curso, en primer término, con su ordenador portátil, junto a sus compañeros.

Al "Paraíso Veneranda" el colegio destinará parte de la donación de 12.000 euros que hará llegar la familia de Manzano, que reside en su mayor parte en México, aunque dos de las bisnietas de la maestra, Paola y Valentina García-Manzano, viven en Oviedo y visitaron el colegio semanas atrás. No es la primera aportación realizada al centro, que ya en 2015 pudo habilitar un aula de informática con el dinero recibido. "Están pendientes de lo que necesitamos", destacó la directora del equipamiento educativo, situado frente a las pistas deportivas de San Lázaro y que abrió sus puertas en 1986.

Estudiantes ante el rocódromo.

En los espacios comunes del colegio público hay murales elaborados por Marta Cristos, auxiliar educativa, y un sofá con libros en varias estanterías en una zona concurrida. Ahí es donde se desarrolla el proyecto del apadrinamiento lector, en el que "alumnos de sexto curso enseñan a leer a los de primero y les acompañan en esta nueva etapa en lo que necesiten", aseguró Inés Fernández.

Además de ejercer de guías con sus compañeros más jóvenes, los estudiantes del último curso han abierto en un pasillo un "kiosco histórico", repasando los siglos XIX y XX. Desde la Guerra de la Independencia contra los franceses hasta 1982 han reunido los acontecimientos más destacados en portadas de periódicos inventados por ellos, a los que llamaron "El ferrocarril del tiempo" o "Amanecer industrial", entre otros. La actividad, que ha dirigido Begoña García Zapico, permitió "abarcar varias materias" en un mismo trabajo, que se puede contemplar en las paredes de un pasillo del centro.

Alumnos de Infantil, en el patio del centro.

Los alumnos se convirtieron en "periodistas a los que propuse que, como en la serie de televisión ‘El Ministerio del Tiempo’, se trasladasen para conocer las noticias de cada época". "Hemos trabajado en clase, pero también en los recreos para poder concluir el trabajo", confiesa Adrián Marulanda, alumno que, junto a sus compañeros Lucía Mir, Noa Huerta y Daniel Requena, reconoce que antes no les gustaba la historia, "pero ahora sí". "Antes nos costaba más trabajar en equipo", dijeron.

En el Veneranda Manzano se ha apostado por el ordenador portátil, especialmente en el tercer ciclo. "La tendencia es que los libros van a desaparecer", afirma la directora, que da clases de informática a los estudiantes de todos los cursos del colegio público una hora a la semana.

Los estudiantes tienen también una radio escolar y participan desde hace dos años en un taller de emprendimiento.

Veneranda Manzano (tercera por la derecha) en la inauguración del centro.

Con el instituto Alfonso II organizan "tertulias dialógicas" (clases prácticas para reforzar los vínculos entre familiares, docentes, directivos y alumnos) y se preparan para las olimpiadas intercentros. Además, "queremos dar un empuje al bilingüismo", apunta Granda. El equipo directivo está comprometido con "la mediación escolar y ofrecemos a los alumnos de quinto y sexto que se formen para realizar esa labor". Las familias demandan que se ponga una valla más alta en el recinto y lamentan que el pabellón deportivo "no esté cerrado totalmente".

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