Barro para todos: la biblioteca de "La Granja" acoge un taller de alfarería

Niños y mayores aprendieron a modelar una escudiella, en un seminario para "promover la cerámica asturiana"

Agua, arcilla y risas por doquier. Niños y mayores se divirtieron ayer en un taller de alfarería organizado por el Ayuntamiento de Oviedo. La artesana Verónica Rodríguez, toda una experta con la arcilla, impartió una actividad que contó con gran afluencia. La biblioteca de "La Granja", ubicada en el Parque San Francisco, fue el lugar seleccionado para hacer realidad el sueño de Rodríguez "promover la continuidad a la cerámica tradicional asturiana".

El aula se llenó por completo. Unos 30 niños disfrutaron del material moldeable y se llevaron dos piezas para el recuerdo, ambas hechas con sus propias manos. "Con estos talleres se da a conocer la cerámica de Faro, una de las más antiguas de España, y se promueve el relevo generacional. No podemos dejar que se pierda", explica Rodríguez, que ve en esta actividad una oportunidad para "salvar su profesión". El taller, "muy didáctico y lúdico", se desarrolló en varias fases; "primero los niños hicieron unos ‘churritos’ de arcilla, que luego cerraron formando un círculo y apilaron uno encima de otro hasta crear un vaso", relató Elizabet Puente, mamá de Juan Puente, de 5 años, que participó "muy emocionado" en la actividad. Una vez hecho el vaso pasaron todos por el torno, pero individualmente, para aprender a modelar una "escudiella" –recipiente similar a un cuenco tradicional de Asturias– guiados por las manos expertas de Rodríguez.

Diez kilos de barro y decenas de mandilones de plástico fueron necesarios para llevar el taller a buen puerto. "La arcilla puede ser un poco pringosa pero para los peques es una experiencia inolvidable y de mucho aprendizaje, por poner un ejemplo; el saber asimilar la frustración cuando se les deshace la pieza o la fortaleza de volver a empezar y no dejar de intentarlo son vivencias muy didácticas", explicó Bea Fernández, madre de Jesús Gallego, de 4 años.

La convocatoria al taller corrió como la pólvora a través de redes sociales y grupos de mensajería instantánea. "A estas cosas hay que apuntarse rápido porque las plazas vuelan", dijo Laura Fernández, junto a su hijo Carlos Fernández, de 5 años. Una actividad tan divertida como pedagógica "ideal para un día de lluvia como el de hoy porque los nenes juegan, se manchan y se instruyen en lugar de estar encerrados en casa o viendo la televisión", añadió Fernández.

Verónica Rodríguez celebró el "gran interés que muestran las familias al participar en el taller" así como "los apoyos del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y la concejala de educación Lourdes García".

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