Los lunes, al cole

El colegio Novo Mier tiene "frutómetro" y ranking de lectura

El centro de Pumarín, que proyecta un nuevo espacio para la biblioteca, propone juegos a los alumnos para el recreo

El colegio Lorenzo Novo Mier anima al alumnado a sumergirse en los libros de su biblioteca. Ha puesto en marcha una iniciativa en la que participan todos los estudiantes del centro y que valora el número de volúmenes que se sacan en préstamo. En uno de los pasillos, cerca de la biblioteca, se muestra un ranking, un podio, con los tres cursos que más libros se han llevado a casa para leerlos.

Esta iniciativa "anima a los alumnos a leer", afirma Raquel Fernández de la Uz, jefa de estudios del colegio. "Se ven en el podio y les motiva", añade Lucía Ruiz de la Peña, coordinadora de la biblioteca. No todos los libros se concentran en ese espacio en el Lorenzo Novo Mier, ya que se ha apostado por acercarlos aún más a los pequeños lectores con las llamadas "bibliotecas de aula", señala la directora, Ana Isabel Virgós.

Uno de los proyectos por el que se apuesta es la ampliación de la biblioteca, utilizando para ello la que fue vivienda del conserje y que está sin uso. "En ese espacio se habilitaría también una zona para la Asociación de Madres y Padres (Ampa) y una sala de usos múltiples, y nos permitiría contar con rincones de lectura en la biblioteca", explica el equipo directivo. Desde el centro ya se han dado los primeros pasos y se aguarda a que la Consejería de Educación desarrolle las actuaciones necesarias para poder contar con esas dependencias para uso educativo.

El colegio, que abrió sus puertas en el curso 1986/1987, lleva el nombre del maestro, escritor y periodista ovetense Lorenzo Novo Mier (1917-1990), impulsor de la Academia de la Llingua Asturiana. Unos versos suyos dan la bienvenida a la entrada del equipamiento educativo: "La verdá ya abeyada onde un neñu tou se fai sonrisa/ que´l sonrisar d´un neñu, nel so llabiu enxamás ye mentira".

En sus primeros años, hasta 1995, el centro se llamó colegio de Pumarín por el barrio en el que está ubicado, en las inmediaciones del campus del Milán. En el interior del recinto hay un teatro, con aforo para 250 personas. "Lo utilizamos para diversas actividades y también se desarrollan otras municipales", dice Virgós sobre unas dependencias que se convierten en el salón de actos cuando lo necesitan.

El colegio ha puesto en marcha este curso un "frutómetro". "Tenemos un podio con los cursos en los que los alumnos traen más fruta para comer. Y les motiva", señala la directora sobre este recurso que tiene como objetivo incrementar el consumo sano. Por delante del ranking, colocado en uno de los pasillos, pasan los alumnos de Primero, que antes de las Navidades ocupaban el primer lugar, con el táper lleno de fruta. "Llevo plátano y manzana", asegura Nuria Fernández. La primera de las frutas ha sido elegida también por Pablo Vázquez. Y Valeria Díaz enseña los gajos de la mandarina que trae para el recreo.

Esta actividad se enmarca en el proyecto de salud del centro, "que coordina cada año un profesor", indica Fernández de la Uz. La comida sana es una de las áreas por las que se apuesta. En los recreos, Elena del Valle, profesora de Educación Física y coordinadora del proyecto "Patios Dinámicos", saca las cestas con variado material de juego, diferente en cada una de ellas. "Aquí tenemos dos balones de gomaespuma y dos de balonmano, cinco pares de raquetas de mini-bádminton, cinco combas individuales y una grande", repasa la docente.

No faltan los libros en las cestas. "Todo está adaptado según el nivel y atendiendo al interés del alumnado", apuntan Raquel Fernández de la Uz y Ana Isabel Virgós, sobre esta iniciativa con la que los estudiantes están contentos. Así lo aseguran los alumnos de Sexto mientras eligen el material de juego en la cesta. Cuando suena el timbre para volver a clase, señala Del Valle, "tienen que recogerlo todo".

Entre las opciones figura el ajedrez. En el colegio Lorenzo Novo Mier se ha conformado un equipo, con dieciséis integrantes, que conquistó el pasado mes de noviembre el torneo interescolar organizado por el Club Ajedrez Ciudad Naranco. "También tenemos muy buenos resultados en atletismo", asevera la profesora de Educación Física.

El centro es "muy dinámico", sostienen Ana Virgós y Raquel Fernández de la Uz. "Mantiene en los últimos años la matrícula", con 427 escolares en las aulas este curso, de los que aproximadamente la mitad utilizan el servicio de comedor.

El colegio de Pumarín, en el que en las últimas semanas del pasado año el Ayuntamiento ha ejecutado obras de reparación de la deteriorada cubierta del polideportivo, todos los cursos están inmersos en "Educalilando", el proyecto integrado de centro desarrollado junto con la ciudad tecnológica de Valnalón, dependiente del Principado. Se enmarca dentro de la iniciativa "La Igualdad Lleva A", y "cada trimestre se trabaja un objetivo de desarrollo sostenible", indica el equipo directivo.

"Estamos centrados en los trabajos sobre la igualdad", añade, antes de subrayar que la labor concierne a los alumnos, a los profesores y a las familias. Sus proyectos se muestran en el "rincón lila", en uno de los pasillos. Y en las aulas, estudiantes de Sexto representan una obra teatral. En esas clases, los alumnos de Primero a Cuarto de Primaria que cursan el programa bilingüe, ahora llamado "Hable", reciben las lecciones de Ciencias Naturales en inglés, mientras que en Quinto y Sexto la asignatura elegida es Ciencias Sociales.

Raquel Fernández de la Uz es una de las docentes que lleva más cursos en el Novo Mier. "Se nota el cambio tecnológico. Antes había solo una sala para las nuevas tecnologías y ahora en las clases tenemos carritos para guardar las tablets. Hay ordenadores y pantallas digitales", asegura.

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