La reordenación del entorno de Santa María del Naranco toma forma y afronta su fase final

La intervención para repeler la humedad y evitar el impacto de los visitantes se completará con mes y medio de retraso por las lluvias de enero

Una vista de la fachada de Santa María de Naranco orientada al este, con los operarios trabajando en la adecuación del entorno.

Una vista de la fachada de Santa María de Naranco orientada al este, con los operarios trabajando en la adecuación del entorno. / LNE

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Con el terreno ya saneado, el entorno de Santa María del Naranco, en Oviedo, empieza a adquirir su nuevo aspecto. Desde la carretera que asciende a la cima del monte, con el monumento prerrománico a un lado, se aprecia el avance de los trabajos, con el pavimento muy adelantado, el circuito enlosado con el que se pretende ordenar el tránsito de los visitantes y dos plataformas, una al oeste, de recepción, y la otra en el lado opuesto, de observación, prácticamente acabadas.

El plazo de ejecución de la intervención, inicialmente de cuatro meses, se ha ampliado, porque las lluvias de diciembre y enero la entorpecieron. Así que la empresa asturiana ARTec2, con el arquitecto Román Villasana al frente, dispone de mes y medio extra para completarla.

Los adoquines de piedra caliza del sendero que recorrerá la explanada en la que se alza Santa María se están colocando manualmente, son permeables, permiten que el terreno respire y expulse el agua. Son iguales a los utilizados en el exterior del vecino monumento de San Miguel de Lillo. Cuando el césped se siembre y vuelva a crecer el conjunto quedará integrado en el entorno, de una forma similar a Lillo, con la diferencia de que, en Santa María, las plataformas estarán alejadas del edificio.

Junto a estas líneas, la pavimentación en torno al monumento, vista desde la carretera del Naranco. |

La pavimentación en torno al monumento, vista desde la carretera del Naranco. / LNE

LNE

La pavimentación en torno al monumento, vista desde la carretera del Naranco. / LNE

El propósito de la intervención en Santa María es preservar el edificio y protegerlo de sus dos grandes enemigos: la humedad y la acción humana. Para lo primero se ha corregido la pendiente del terreno, para alejar el agua de él, se drenó y se sanearon las estructuras que lo necesitaban, como las escaleras de acceso a la primera planta. Queda ahora el vestíbulo de esa planta y aplicar un tratamiento de hidrofugado, para repeler el agua. Para aminorar el impacto de los visitantes se ha reordenado el entorno, con un circuito que los aleja del monumento y con tres plataformas desde la que pueden observarlo –al este, al oeste y a los pies de la escalinata que baja de la carretera.

La Consejería de Cultura adjudicó las obras en mayo del año pasado con un presupuesto de 198.440 euros.

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