"¡Puxa la música!", el grito que enfervoriza la gran noche de los premios "Amas"

Hubo muchas risas y algunas lágrimas. Hubo muchos nervios y no pocas alegrías. Y también decepciones, claro, pero el clima general anoche en el abarrotado teatro Filarmónica de Oviedo en la gala de los premios "Amas" no tenía nada que ver con la gelidez del exterior: calidez extrema y camaradería a tope. Una velada larga –22 premios son muchos– conducida por Inés Paz y Luis Serrano con agilidad y buen humor. Y, sobre todo, hubo música a todo volumen. Los premios de honor proporcionaron momentos para el recuerdo: la banda "Desakato" y el fundador y gerente de Pronorte, Boby García, quien por una vez no puso los micros a los artistas sino que llevó él la voz cantante.

"¡Puxa la música!", gritó antes de llevarse una buena sorpresa: cerró los ojos y cuando los abrió tenía a su espalda la banda y una solista de muchos quilates, Lía Marcos. Y ahí se puso a tocar como en los viejos tiempos.

Arrancó la función con el brío de "Soax" antes de ir desgranándose los premios (ojo al dato: cien trabajos editados y cada vez más presencia de mujeres) con la intención de no cometer un desfase horario en plan "Goya". Así que los discursos de agradecimiento fueron escuetos en su mayor parte, salvo el de "Desakato", la banda ya mítica que se despidió en el WiZink Center hace unos meses para tristeza de sus seguidores, algunos de ellos emocionados a la par que entusiasmados al ver a sus ídolos subir al escenario y abrazarse. Tomó el micro Pepo Martínez con chuleta tierna y lágrimas incluidas, y quien más, quien menos sintió una punzada de nostalgia al verlos reunidos, aunque sin música. Quién les iba a decir cuando empezaron que iban a vivir cosas "que ni soñábamos". Pero "lo que vivimos fue real y lo llevaré siempre conmigo, hermanos".

La fraternidad se extendió por el teatro en forma de docenas de personas puestas en pie y aplaudiendo a rabiar. No era para menos. Los ritmos se sucedían: "Green desert water", "Lia & the wave transfer band" e "Indocentes" metieron la quinta marcha. Anabel Santiago y Fernando Argüelles tomaron el testigo de los presentadores para exhibir una buena alianza de humor con gotas de reivindicación al promover, entre bromas y veras, algunas categorías más para próximas ediciones. Una, muy aplaudida: a los mejores cantantes de tonada. Y algunas más: a los artistas vintage que, como Argüelles, siguen con el pelo largo aunque pasen los años –y mira que su madre le pide que se lo corte–, a los "dinosaurios", a los locales que programan música en directo, a los "miembros ocultos de las bandas" que tanto hacen y rehacen en la sombra...

Fernando Malva, premio a la mejor producción, sacó una chuleta a modo de amenaza, pero era broma: "Gracias", dijo, y se fue. El ganador en otros instrumentos, Jorge Viejo, tardó lo suyo en subir y bajar del escenario, pero tenía sus motivos porque estaba lesionado y se apoyaba en dos muletas. "Gracias y ya está", dijo también sin enrollarse Sonsoles Rodríguez, premio en teclados. Dany G, ganador en guitarra, se llevó premio doble porque se lo entregó su mentor, Carlos Martagón. Y menuda emoción más grande la de los niños de la banda de gaitas infantil "Magüeta". Qué guay.

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