La Ciudad de la Justicia, paraíso de trileros: quince años de espera para reagrupar las sedes judiciales

El Rector, Ignacio Villaverde, abrió otra vez la puerta a la reagrupación de juzgados cuando presentó su plan estratégico en febrero de 2022

Vista general del campus de Llamaquique, con los Juzgados en segundo plano.

Vista general del campus de Llamaquique, con los Juzgados en segundo plano. / Irma Collín

Chus Neira

Chus Neira

En una de las variantes más populares del juego del trile, el estafador juega a ocultar la bolita dentro o fuera de los cubiletes según la ocasión. Algo así le sucede al proyecto para dotar a Oviedo de una "Ciudad de la Justicia", la reprometida reagrupación de sedes judiciales en una sola manzana. A lo largo de los últimos quince años, la administración asturiana de justicia con su Tribunal Superior (TSJA) al frente ha estado a punto de ganar la apuesta varias veces, acertar con la ubicación y, ¡sorpresa!, ver al fin los juzgados reunidos cuando el gobierno regional levantara el cubilete. En cambio, lo repetido ha sido el chasco, y ahora, con un nuevo proyecto en marcha que pasa por hacer un distrito judicial en Llamaquique aprovechando la migración de facultades al Cristo, el timo vuelve a asomar por debajo de la mesa de juego.

Los adjetivos que empleó Ignacio Vidau, entonces presidente del TSJA, el 24 de junio de 2009 cuando se presentó con maqueta y presupuestos la "Ciudad de justicia del Vasco" le podrían servir hoy a Jesús Chamorro, su sucesor en el cargo, cuando le hablan de la operación Cristo-Llamaquique. "Anhelado" y "extraordinario". Aquella vez fue, quizá, la que más cerca estuvo de rematarse la operación. Decían entonces la consejera de la Presidencia, María José Ramos, y el de Economía, Jaime Rabanal, que el edificio podría estar listo para 2012 y que se había descartado llevarlo al Cristo, a los terrenos que acabarían siendo del viejo HUCA, para no demorarse hasta 2020. Los titulares, leidos aquí y ahora, parecen una broma macabra, un parecido desajuste al que sufren las distopías futuristas más populares. Hemos llegado al año 2024 y no solo es que los coches todavía no vuelen, es que en Oviedo no asoma ninguna ciudad de la justicia y en el Cristo, pasto de maízos, no hay una sola piedra que haya empezado a mover la administración regional.

Así que Chamorro lidia con un problema viejo para el que ya le presentaron otras soluciones parecidas. La bolita, el 24 de enero de 2020, cuando se reunió con el anterior Rector, Santiago García Granda, rodaba también por el cubilete del Cristo-Llamaquique. Pero con otro guion. Había un plan especial del viejo HUCA en ciernes que iba a ser aprobado en el Ayuntamiento y unos plazos para demoler y construir nuevos edificios universitarios en el Cristo que permitiría el traslado del campus de Llamaquique a la zona alta a partir de 2027. Todo aquello fracasó en el momento en que al Ministerio del Interior no le interesó construir un nuevo cuartel y a la Tesorería de la Seguridad Social tampoco le salieron las cuentas para deshacerse de sus edificios. Con el fracaso de aquel plan del Cristo se iban también al garete las previsiones de los juzgados para expandirse por los edificios de Ciencias, Educación y Geológicas. Pero no para siempre.

El nuevo Rector, Ignacio Villaverde, abrió otra vez la puerta a la reagrupación de juzgados cuando presentó su plan estratégico en febrero de 2022. En vez de un sudoku, Villaverde planteaba un dominó sencillo y eficaz. Minas se iba a Mieres, Ciencias se iba a Minas (calle Independencia) y Educación (Formación del Profesorado) se iba a Ciencias. Lo que la vieja Escuela Normal dejaría despejada en aquella ecuación eran dos edificios importantes muy pegados a los juzgados de Llamaquique, pero la carambola quedó en un único movimiento. Minas se fue a Mieres y el edificio de la calle Independencia, que el TSJA ha llegado a reclamar como solución desesperada, promete un largo invierno de desamiantado que hace inviable cualquier nueva ocupación. Al tiempo, esas facultades con tantas estrecheces en Llamaquique tampoco parecen tener demasiada prisa en abandonar sus actuales edificios. En ese campus no hay visos de nuevos movimientos.

Así que la nueva operación, que lleva algo más de un año anunciada, consiste en rescatar el viejo plan del Cristo pero con retales, como esos guisos de ropa vieja con lo sobrante del cocido. Según anunció Barbón y asumió Villaverde, gracias a unos cambios en lo que posibilidades de gestión del patrimonio de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) se refiere, ahora sí es posible jugar con esos edificios (Maternidad, Consultas Externas y Silicosis) que no podían entrar en la jugada original y fueron una de las causas del fracaso del primer proyecto. La TSS cedería por un tiempo muy largo esos inmuebles a la Universidad, que los reacondicionaría para llevar allí las facultades de Llamaquique, liberando el espacio en el campus para juntar juzgados.

El remate de la nueva estrategia exige que la Universidad presente un plan de usos para que la TSS inicie el proceso de cesión, mientras el Principado empieza, por otra parte, a demoler los edificios del Hospital General y anexos y a recuperar los hongos. Bien. Lo que parece fácil de explicar resulta difícil de entender después de haber visto desaparecer tantas veces la bolita. Que la cosa se torcía se pudo constatar hace dos semanas, cuando el Consejero de Haciendo, Guillermo Pelaez empezó a explicar que la tramitación del expediente de esas demoliciones llevaría al menos nueve meses y los propios trabajos, hasta 12. Al ponerse a sumar, salían 10 años para que los juzgados pudieran a ocupar edificios del campus. Desde el propio Principado han hablado de plazos inasumibles y Pelaez volvió a salir para recalcar que será antes.

Desde el TSJA piden otra vez soluciones puente, y el consejero también ha hablado de ellas, pero nadie las ha concretado. La situación es tan precaria que ni el alquiler de unos espacios en el edificio de Telefónica de Llamaquique, el único alivio de Barbón para los jueces de Oviedo, ha servido para mucho más que para mover los juzgados que estaban en un piso de la calle Masaveu a este nuevo edificio, pero realojando en ese primer piso de un edificio de viviendas, otro nuevo tribunal que se incorpora al partido judicial de Oviedo. Es decir, lejos de reunificar sedes, la de Telefónica suma una más pero no quita ninguna.

Por otra parte, la Universidad está tratando de encargar un plan para saber cómo puede desarrollarse en el Cristo y cabe la posibilidad de que cuando los arquitectos contratados analicen la situación lleguen a las mismas conclusiones que sentaron las bases del primer plan para los terrenos del viejo HUCA: Que esos tres edificios no eran susceptibles de alojar facultades porque incumplían todas las normativas técnicas y que salía mucho más a cuenta construir nuevos aularios en la zona más próxima al actual campus. Se podrá argumentar que con dinero y tiempo suficiente cualquier edificio se puede convertir en otra cosa, pero entonces no habremos ganado tiempo (ese, el argumento de acortar plazos, era el que llevó al Rector a aceptar la propuesta de Barbón) ni tampoco dinero. En esas circunstancias y dado, además, que esos edificios nunca pasarán a ser del Principado. sino que se trata de una cesión a largo plazo de la Tesorería de la Seguridad Social, es difícil pensar que los servicios de intervención de la administración regional puedan dar el visto bueno al proyecto. ¿Dónde está la bolita?

Suscríbete para seguir leyendo