El Carnaval a veces llega hasta marzo. O da sus últimos coletazos, como ha ocurrido en Oviedo. La cuarta edición del Carnaval online de la concejalía de Centros Sociales ha arrastrado el festejo diez días extra, que los ovetenses han vivido a través de las redes sociales. En la categoría con fallo del jurado, formado por personal de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF), se alzaron con la victoria los usuarios del CAI Naranco. Los ganadores lucieron un disfraz grupal de Alicia en el País de las Maravillas. El conjunto inspirando en otro libro a la par que película, «El Exorcista», que integraban como titulares Pedro Conde y Sara Delgado, se llevó la victoria en la modalidad de elección popular. Esta se decidió por sorteo por un hackeo de las votaciones de la red social.
«Oviedo sigue potenciando el Carnaval», afirmó la concejala de Centros Sociales, Covadonga Díaz, «no solo con el concurso infantil y con el gran desfile del fin de semana, sino con un concurso online donde participa muchísima gente de la ciudad». «Desde personas individuales a centros deportivos», concretó la edil dando cuenta de un certamen en el que hubo 34 concursantes. Esta cifra es el récord de participación en las cuatro ediciones de recorrido de la competición.
El concurso online, llamado un «¡Un desfile virtual!», se celebró entre el 9 y el 19 de febrero dentro del perfil de una rede social de los de Centros Sociales del Ayuntamiento. El área animaba a todos los ovetenses a unirse con un disfraz original. El vestuario se podía complementar decorando un rincón de la casa para que fuera acorde con la caracterización y ganar mayor inmersión. La foto del conjunto, entre decorado y personajes, era la que se requería para participar en el certamen con y tener mayor posibilidad de victoria.
El momento definitivo del concurso llegó la mañana del día 20 de febrero, aunque el fallo del jurado se produjo el 26. Las fotos de los concursantes se subieron a Facebook para que los usuarios diesen un veredicto con sus «me gusta». No pudo ser finalmente así, ya que las votaciones sufrieron un inesperado hackeo en el que se vieron desvirtuadas y hubo que dar lugar a la suspensión de la elección. En última instancia, los premiados en la categoría de fallo popular tuvo que escogerse mediante una aplicación digital de sorteos. El programa informático, que ejerció la labor de mano inocente, designó de forma aleatoria al vencedor de la citada sección.