La recuperada fábrica de municiones de Trubia rehabilita su nave más emblemática

El ave fénix de la industria trubieca no solo alberga cada vez más actividad, sino que también es objeto de un profundo lavado de cara. El consorcio alemán Rheinmetall inició recientemente la rehabilitación de uno de los elementos más emblemáticos de la fábrica de municipios de Trubia. Las instalaciones de la antigua Expal ven desde hace unas semanas cómo operarios trabajan rehabilitar los módulos del oeste de la planta, una nave de forma trapezoidal rematada con una llamativa torre con fachadas de ladrillo visto. De momento se desconoce si la compañía destinará los espacios, recuperados con una inversión de 100.000 euros, a alguna actividad. Según ha podido saber este diario, la obra corresponde a una de las fases de un plan director elaborado meses antes de la reapertura de las instalaciones en junio de 2022.

La fábrica de municiones se construyó, junto al río Trubia, en 1976, diseñada como talleres para ampliar las instalaciones de la Fábrica Nacional de Cañones de Trubia, lo que hoy se conoce como la fábrica de armas, pero no forma parte del conjunto histórico de esta última al tratarse de una ampliación. El complejo funcionó ininterrumpidamente hasta escasos días antes del estallido de la pandemia del covid, en marzo de 2020, cuando se hizo efectivo un ERE de extinción, que dejó en la calle a 52 trabajadores.

El inicio de la guerra de Ucrania, en febrero de 2022, supuso un punto de inflexión para la factoría. Tres meses después del inicio de la invasión rusa, Expal reabría las instalaciones y el noviembre de ese año saltaba la sorpresa: la alemana Rheinmetall anunció la compra de las seis plantas de Expal en Trubia, Burgos, Navamoral, El Gordo, Albacete y Murcia por 1.200 millones de euros.

Según ha podido saber ahora LA NUEVA ESPAÑA, los planes de recuperación de la planta estaban sobre la mesa incluso antes del inicio de la invasión de Ucrania. La propiedad encargó un informe de daños y deficiencias de la fábrica de municiones en diciembre de 2021, en el que se indicaban todas las afecciones de la factoría. Dicho documento sirvió entonces de base para elaborar un plan director.

Las obras iniciadas ahora suponen la cuarta fase de dicho plan director. Las anteriores obras consistieron en poner al día las viejas instalaciones para dar la bienvenida a unos 150 trabajadores. Rheinmetall anunció en noviembre que prevé alcanzar en cuestión de meses los 300 empleados, así como elevar esa cifra hasta los 400 puestos directos "en el medio plazo".

El crecimiento exponencial de la fábrica se debe al "boom" de demanda de municiones por parte de los países occidentales. En el caso trubieco, el encargo más potente es un contrato del gobierno alemán para la fabricación de 100.000 proyectiles de 155 mm, derivado de los compromisos del gobierno germano de entregar hasta un millón de unidades de este tipo de munición al gobierno ucraniano de Volodimir Zelenski.

Los trabajos puestos en marcha afectarán a las cubiertas y el interior de la singular nave. Los operarios eliminarán un pesebrón de plomo roto por un nuevo de zinc, sustituirán las placas traslúcidas de poliéster ondulado de la nave deterioradas y procederán al encapsulado de las cubiertas del contaminante amianto mediante una capa de corcho. Además, el proyecto prevé sustituir los colectores anteriores con filtraciones que generan problemas de humedades en el interior, que serán sustituidos por unos nuevos y de sección mayor. Del mismo modo, se instalarán nuevos lucernarios a una agua sobre la cubierta inclinada de estructura metálica existente, para garantizar una transmisión de luminosidad del 88%.

Fuentes de la plantilla aseguran desconocer el destino de las obras, aunque admiten que este tipo de actuaciones son habituales desde la reapertura. "Se está metiendo mucha maquinaria nueva", sugieren como un posible destino para las instalaciones renovadas.

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