La OSPA sacia el apetito solidario en Oviedo: así fue su concierto

Los aficionados ovetenses donan 1.221 kilos de comida al Banco de Alimentos como pago de entrada para un gran recital

Voluntarios del Banco de Alimentos recogen bolsas con comida a la entrada del Auditorio.

Voluntarios del Banco de Alimentos recogen bolsas con comida a la entrada del Auditorio. / Irma Collín

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

"La música es alimento para el alma". Esta cita, ya proverbial, resume a la perfección la velada que, anoche, protagonizó la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) en el Auditorio Príncipe Felipe. Sin duda, la música es un ingrediente fundamental en cualquier iniciativa. Y su maridaje con las causas benéficas resulta especialmente relevante.

En este sentido, la OSPA programó un concierto extraordinario a favor del Banco de Alimentos, donde el único requisito para asistir era aportar algún comestible. Esta interesante y necesaria propuesta se ha llevado a cabo, a lo largo de esta semana, en Avilés y Pola de Siero, finalizando anoche en la capital del Principado para una recogida total de algo más de dos toneladas (2.011 kilos) de alimentos donados. Todo un éxito que se plasmó, en Oviedo, en un patio de butacas abarrotado, con 1.221 kilos recogidos. Avilés alcanzó 380 y Pola de Siero, 410.

La OSPA sacia el apetito solidario

Por la izquierda, Nicanor García, voluntario del Banco de Alimentos, Ana Mateo, gerente de la OSPA, y Bernardo Sopeña, presidente de la entidad benéfica, en el vestíbulo del Auditorio. / Irma Collín

Esta avalancha solidaria tuvo una banda sonora inmejorable: la "Sinfonía número 3 en mi bemol mayor" de Ludwig van Beethoven. A la faceta más altruista se unió la pedagógica, a cargo del director titular de la orquesta, Nuno Coelho. El portugués tomó la palabra para dirigirse al público, agradecer su presencia e introducir algunas de las claves para comprender los cuatro movimientos de la obra, ilustrados gracias a las intervenciones de los músicos.

A nivel interpretativo, la OSPA –con una disposición diferente que le permitió ganar solidez en los graves– evidenció una buena sonoridad, matizando con acierto los temas del "allegro con brio" inicial y plasmando el dramatismo que encierra esta obra beethoveniana, considerada la iniciadora del Romanticismo musical.

La OSPA sacia el apetito solidario

Nuno Coelho se dirige al público antes del concierto. / Irma Collín

La marcha fúnebre del segundo movimiento ahondó en la expresividad musical por medio de las intervenciones del oboe y el hábil manejo de Nuno, siempre jugando con la teatralidad que ofrece la "Eroica", con pianos bien resueltos y crescendos de marcado efectismo.

El joven maestro de la OSPA se apoyó en unos metales muy limpios, en emisión y sonoridad, durante el jovial y vitalista "Scherzo", añadiendo la calidez de las maderas (a gran nivel a lo largo de la velada, de una hora de duración), la precisa percusión y la incisiva cuerda para lograr una interpretación fresca y aseada.

El "Finale, allegro molto" que cierra la sinfonía mantuvo el nivel interpretativo de los números previos, con unas secciones motivadas y bien ensambladas y un director pendiente de indicar cada entrada y atender los balances sonoros.

Una jornada que resultó redonda en lo musical y en lo humano.

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