El Conservatorio de Oviedo se echa a la calle

Trombones, tubas, trompetas y trompas protagonizarán la actuación estrella de los alumnos del Conservatorio de Oviedo, que disfrutan esta semana de sus jornadas culturales. "Estas actividades les encantan. Forman un grupo muy bueno que viene de distintos colegios y se junta aquí. Estoy seguro de que están deseando que llegue el momento del día de venir al Conservatorio", expone orgulloso el director del centro, Santiago Ruiz de la Peña. Lo dice mientras supervisa el primer ensayo de la "flashmob" que interpretarán mañana (17.00 horas) medio centenar de jóvenes en plena Corrada del Obispo. Una actuación mitad teatral, mitad musical que será un pequeño escaparate para los músicos del futuro.

Liberados tras terminar la segunda evaluación, los alumnos del Conservatorio estrenaron ayer un frenético calendario de actividades con motivo de sus jornadas culturales, que se prolongarán hasta el próximo viernes. Entre ensayos, conferencias y actuaciones variadas, todas las miradas se centraban en la "flashmob". Los alumnos que se han apuntado voluntariamente al grupo que dirige el profesor de Tuba Julián Oliver tienen diferentes edades y procedencia, aunque comparten su pasión por los instrumentos de viento. Oliver alentaba a los alumnos en el auditorio del centro antes de comenzar a escucharlos: "Lo primero, gracias por apuntaros a esta aventura. Lo segundo, vamos a hacerlo muy bien".

Cada uno de ellos ya conoce su papel en la obra, que estará acompañada de siete cámaras y una grabadora de sonido. "Os pido creatividad, pero sin olvidarnos de que lo importante es la música", espetaba el director del show. El director del Conservatorio supervisaba todo el proceso y aseguraba que el objetivo de estas actividades, abiertas a todos los alumnos, "no es otro que disfrutar con la música". Un disfrute que también aplican al clarinete Daniela Boto y Elena Nikolaeva, que ensayan para otra actuación a la entrada del centro. Ruiz de la Peña se congratula de recuperar en toda su plenitud esta semana cultural, tras pasar algunos años muy duros debido a la pandemia.

Pero las jornadas sirven también para profundizar en otros aspectos relacionados con la música, más allá de tocar un instrumento. En otra aula, el profesor Elías Alonso instruía a varias alumnas sobre el mantenimiento de sus flautas traveseras. "Destornillador, flauta apoyada y trapo en la mano", les decía a Irene Lerma y Patricia Izquierdo, que comprueban la dificultad de desmontar el instrumento para después retirar su suciedad, pero acaban cogiéndole el truco al proceso.

La programación incluye también una actividad con cañas de oboe, a la que pueden acceder alumnos pero también personas ajenas al centro. El agitado ciclo de conferencias se estrenó con Diego Fernández Columé, que fue profesor de Violín durante muchos años en el Conservatorio de Gijón, tarea que compaginaba con su otra pasión: la pintura. De esta doble faceta y de la estrecha relación entre música y pintura versó su charla ante una veintena de jóvenes.

Aunque la mayoría de actividades están destinadas a los alumnos del centro, una parte del calendario es abierto al público general. Es el caso del "Concierto de cuarteto de fagotes", que acoge hoy, a las 16.30 horas, la sala polivalente. La actuación corre a cargo de Alejandro Álvarez Asencio y Johanna Suárez González, que interpretarán en trío y cuarteto los "Cuentos peculiares", de John Falcone. Son diez cuentos que hablan sobre personajes tan dispares como un elefante, una escoba o un arroyo, entre otros. Lo harán acompañados de la poesía de Ana Vega y de varios cuartetos de fagotes.

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