Ciudad Naranco da "más que sobresaliente" al nuevo túnel de Nicolás Soria

Los vecinos destacan la fluidez de la circulación frente a las retenciones en la glorieta de Luis Oliver, que se mantienen

El puente de Nicolás Soria afrontó ayer su primera prueba de fuego. La infraestructura se enfrentó a la primera jornada seria, de vuelta a la normalidad, desde su apertura en Semana Santa. Al regreso al trabajo tras el periodo vacacional, que sucedió el lunes, se unía la vuelta al cole. Este cóctel se traduce en un incremento extra del tráfico que fue el primer examen, aprobado con nota. "Le damos mucho más que sobresaliente", manifestaron los vecinos respecto a la fluidez de la circulación a causa del "baipás" que enlaza Ciudad Naranco con el resto de Oviedo. Los tres carriles de salida y los dos de entrada reflejaron un tráfico sin retenciones, incidencias, ni pitidos, como ocurría desde hace años. La otra cara de la moneda, no tan brillante, la puso la glorieta de Luis Oliver. La rotonda del teito mantuvo sus habituales atascos, quizá debido a que los conductores todavía mantienen rutinas previas a la apertura del nuevo acceso.

Cualquiera que se pare a ver el tráfico en las inmediaciones de Nicolás Soria nota el cambio. Las kilométricas retenciones en los semáforos que abren paso a la confluencia desde Pepe Cosmen, General Elorza y avenida de Santander estaban desaparecidas. La apertura de los semáforos era ágil y los vehículos discurrían rápidos. El descenso desde Ciudad Naranco a través del puente, también. La duración del rojo en los tres carriles era de dos minutos de duración. La máxima fila de vehículos rondaba la decena. El lapso del verde en el semáforo daba tiempo más que suficiente a que todos atravesasen la intersección sin problema. De ello dieron fe los operarios que llevaban varias horas rematando detalles del mobiliario urbano. "El tráfico está siendo fluido toda la mañana", comentaban.

Los vecinos que transitaban a sus quehaceres matinales eran de la misma opinión y estaban sorprendidos por la suavidad del tráfico. "Suben y bajan de maravilla, no hay ni pitidos ni aquellos atascos monumentales", manifiesta Maribel Díaz, que desde la cristalera de su negocio ha visto todos los estados posibles del túnel de Nicolás Soria. Además, no vive en el barrio, así que ha sufrido en sus propias carnes el tráfico con el volante entre sus manos con atascos de hasta 20 minutos esperando para volver a su casa. Le da de nota "mucho más que sobresaliente", aunque lamenta que hayan tardado tanto en ejecutarlo. Entre unos y otros, nada menos que ha pasado un cuarto de siglo desde que comenzaron los primeros movimientos. "Eso sí, ha merecido la pena".

Otras de las que "flipan" con la obra es Fina Llaneza. La mujer sujeta su carrito de la compra mientras contempla el resultado y solo le sale decir: "Es una pasada". Se acerca a la zona todos los martes para hacer sus recados y lanza flores al nuevo ancho de las aceras. "Antes iba con el carro y no había quien pasase, esta es una inversión buenísima, así da gusto", exclama.

Los taxistas de la parada de Monte Gamonal también apreciaron los cambios a mejor de la circulación y el "desahogo". Señalaron, eso sí, las retenciones paralelas en Luis Oliver. "La gente está acostumbrada a seguir sus rutas, y hasta que cambien pasará tiempo", comentaba Joaquín López apoyado en la ventanilla de su vehículo de servicio público. Puso algún pero, que es la duración de apertura del semáforo, "muy breve", que apenas les da tiempo a incorporarse; y el corto espacio de línea discontinua para cambiar de carril entre los dos que suben al llegar desde Pepe Cosmen. Javier Feito compartía opinión con su compañero y echa en falta que pinten una cuadrícula amarilla en la zona de Nicolás Soria por la que cruzan hacia Coronel Bobes, porque "si hubiera atasco no podemos salir".

Por último, agentes de la Policía Local se encargaron a primera hora de la mañana de asegurar un perímetro para el cruce entre aceras en torno a un andamio precintado por motivos de seguridad. El cierre al tránsito impedía el acceso al paso de cebra y los viandantes se lanzaban a la calzada para doblar la esquina de Montes del Sueve con Nicolás Soria. Ahorraban unos metros de recorrido, con el consiguiente riesgo para su integridad y para la seguridad vial. A media tarde se desmontó ese segmento de andamiaje, por lo que la acera quedó abierta de nuevo a los ciudadanos.