Oviedo aguanta el chaparrón y no falla a su cita con el Martes de Campo

El mal tiempo no impide las colas para hacerse socios de La Balesquida, la presencia de fieles en la capilla y que muchas familias y grupos de amigos valientes acudan en grupo a escenarios como el Parque de Invierno

El Martes de Campo de Oviedo aguanta el chaparrón con ganas, mucho paraguas y participación popular pese al cambio de ubicación

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Irma Collín

Oviedo falla a su cita con el Martes de Campo, a pesar de que la festividad local vive esta vez su peor edición en cuanto a lo meteorológico que se recuerda en muchos años. El frío y la lluvia caída de manera intermitente desde las doce y media de la mañana no impidieron que las celebraciones organizadas por la Sociedad Protectora de La Balesquida, trasladadas este año a Porlier y la plaza de la Catedral por los preparativos del Día de las Fuerzas Armadas, contasen con una gran participación. Asimismo, otros escenarios clásicos de la celebración , como el Parque de Invierno o el Pura Tomás, fueron esta vez refugio para unos pocos incondicionales, para los que todo refugio era bueno.

Tanto la carpa de la plaza Porlier como el puesto habilitado por la Cofradía junto a la capilla de La Balesquida fueron puntos muy concurridos desde primera hora de la mañana. Las colas para hacerse socios de la Sociedad Protectora y la entrada y salida de fieles al pequeño templo religioso animaron una mañana en la que multitud de niños disfrutaron de los juegos infantiles instalados en la calle Eusebio González Abascal, donde la Policía Local estrenó un dron con el que vigiló desde las alturas la seguridad de los asistentes.

Alfredo Canteli: "El año que viene todos los actos de la Balesquida volverán al Campo"

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Irma Collín

El alcalde, Alfredo Canteli, participó en el clásico brindis de la celebración con representantes de los diferentes grupos municipales y los organizadores de la fiesta. "El año que viene todos los actos volverán al Campo", garantizó el regidor al ser preguntado por el hecho de que el tradicional reparto tuviera que ser trasladado este año al Antiguo por estar el pulmón verde de la ciudad tomado por material y vehículos militares que integran una gran exposición que será inaugurada mañana por la mañana.

Los chubascos alejaron a los ovetenses de comer el bollo preñao en el Campo San Francisco y no se pudo disfrutar del clásico ambiente festivo que reina en el pulmón verde de Oviedo durante el Martes de Campo. A mediodía la lluvia tuvo un alto y fue el momento en el que el número de grupos de amigos y familias degustando el bollo, la empanada o las tortillas de patata fue más abundante. Algunos vestidos de asturiano, otros con numerosas botellas de sidra e incluso algunos preparados con los clásicos carritos cargados de comida para echar el día sobre el césped. Sobre las 14.00 las nubes volvieron a la carga con fuertes aguaceros que hicieron que la mayoría de grupos abandonasen la zona verde. Aun así, hubo algunos valientes que resistieron en el Campo, cobijándose bajo los árboles o con sus paraguas, que no dieron el brazo a torcer para mantener la tradición carbayona que se remonta al siglo XIII.

En el Parque de Invierno se desafiaba a la lluvia. Todo refugio era bueno. La emblemática panera de la zona verde sirvió de refugio para un grupo de incondicionales del Martes de Campo. Otros acudieron con jaimas bajo las que disfrutar del bollo y otros manjares sin mojarse. Muchas familias que se juntan y que van allí todos los años muy preparados. En el Pura Tomás, tomado otros años por grandes grupos de jóvenes, el mal tiempo dejó un escenario desolador, donde, pese a todo, alguno todavía se animó a pasar la tarde.

Donde no hubo problema por las inclemencias fue en los barrios. Las carpas de las fiestas de Ventanielles y Buenavista acogieron desde el mediodía a cientos de personas para poner el broche a cinco días de celebraciones.