Los ovetenses tiran de ingenio para hallar cobijo durante un Martes de Campo deslucido por la lluvia: "No fallamos"

El Parque de Invierno fue uno de los lugares favoritos de los ovetenses

Por la izquierda, Alejandro Rodríguez, Eliana Pedraza, Luz Osorio, Albán Polanía, Adriana Osorio, Macarena Dazzan y Luis González comen en Parque de Invierno.

Por la izquierda, Alejandro Rodríguez, Eliana Pedraza, Luz Osorio, Albán Polanía, Adriana Osorio, Macarena Dazzan y Luis González comen en Parque de Invierno. / Mario Canteli

Oviedo amanecía ayer pendiente del cielo para la celebración del Martes de Campo y las nubes negras que lo copaban al mediodía no eran una señal muy halagüeña. Pero a una tradición tan arraigada no hay lluvia que la frene. Centenares de carbayones aguantaron el chaparrón y se echaron a los parques de la ciudad para compartir comida y bebida con sus seres queridos. Una panera, un paraguas o un soportal: cualquier opción era buena para resguardarse de la lluvia. "Aunque haga mal tiempo, no fallamos a nuestra cita con el bollo preñado y la empanada", dicen Cristina González y Adrián Bailón. Madre e hijo desafían a la lluvia bajo uno de los árboles del Parque de Invierno.

Este parque fue uno de los lugares favoritos de los ovetenses en este Martes de Campo. Protegidos por una panera, Jony Vigil, Pablo Azpiazu y Pelayo Blanco vienen al mismo sitio todos los años. "Estamos esperando a unos amigos. Esperemos que no se rajen", bromean. Hubo quien se sacrificó para encontrar la mejor ubicación. Norma Yasychyn, Tatiana Bobes y Juanjo Menéndez cogieron sitio a las nueve y media de la mañana en la única mesa del parque que cuenta con la protección de un paraguas. Con la sidra refrescando en un riachuelo, ponen una mesa en la que no les falta detalle. "Nos gusta venir preparados", confirman mientras cortan la tortilla.

A pocos metros de ellos, uno de los grupos más numerosos de la zona ya está abriendo boca. Lo forman Alejandro Rodríguez, Eliana Pedraza, Luz Osorio, Albán Polanía, Adriana Osorio, Macarena Dazzan y Luis González. "Es un día especial. Intentamos juntarnos todos los años", destacan. Varios de ellos son latinoamericanos, pero un puñado de años en Oviedo les ha servido para abrazar la tradición carbayona. "Siempre que viene un familiar o un amigo de turismo le inculcamos la importancia de esta fiesta", explican. Coinciden con ellos Alejandro Vega y Deisy Solaeche, que inician en el rito a su hijo, Axel Vega.

Otro de los escenarios más frecuentados el Martes de Campo suele ser el Naranco. Aunque la dificultad para resguardarse de la lluvia complicaba el asunto. Uno de los pocos valientes Agustín García-Ovies y Belén Doctor. Bajo un soportal en las proximidades de los Monumentos prerrománicos, hicieron una adaptación del tradicional menú del Martes de Campo. Refresco en lugar de sidra porque "hay que conducir"; y tofu en sustitución del chorizo dentro del bollo porque ella es vegetariana. Mientras tanto, en el Parque Purificación Tomás, los más jóvenes se dieron cita a cuentagotas cuando la lluvia dio un pequeño respiro. Su celebración se vio bastante mermada, alejada de las multitudes de otros años.

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