El derrumbe de un alero en pleno centro de Oviedo se salda sin heridos: "Se oyó un gran estruendo"

El desprendimiento se produjo de madrugada sobre la puerta de entrada de un bar de copas

Los restos, sobre la acera de la calle Covadonga, esquina Alonso Quintanilla.

Los restos, sobre la acera de la calle Covadonga, esquina Alonso Quintanilla. / F. V.

E. San Emeterio

Susto monumental en la calle Covadonga al derrumbarse sobre la acera parte del alero del primer piso del número 2, un inmueble que hace esquina con Alonso Quintanilla. Fue en ese punto exacto, en el recodo, donde fue a parar parte de la estructura, que dejó a la vista el ladrillo de la fachada. El suceso se produjo en la madrugada del sábado al domingo, a las 3.50 horas, y lo hizo justo sobre la puerta de entrada de un bar de copas que se encontraba cerrado en ese momento. La considerable cantidad de escombros que quedaron depositados sobre la acera da una idea de la violencia del desprendimiento y de las consecuencias que pudo haber tenido de haberse encontrado el pub abierto, pues en esa zona, a la entrada del establecimiento, suelen situarse clientes fumando.

Arriba, una vista del edificio, con el alero derrumbado; debajo, los restos, sobre la acera de la calle Covadonga, esquina Alonso Quintanilla. | F. V.

Una vista del edificio, con el alero derrumbado. / F. V.

Fuente municipales aseguran que el Ayuntamiento iniciará de inmediato una evaluación del estado general de la fachada. A primera hora de la tarde de ayer, los restos del suceso continuaban sobre la acera, que se encontraba clausurada al paso de peatones.

La repentina caída de parte del alero del edificio causó cierto revuelo en la zona, aunque hubo vecinos que no se sobresaltaron, pues se trata de una zona con cierta actividad nocturna. "Eran casi las cuatro de la mañana cuando se oyó un gran estruendo, pero no le di mucha importancia porque pensé que sería la recogida de basura", afirmó un vecino del edificio frente a la fachada afectada. Otro residente, en la zona, Roberto Díaz, celebra que no hubiera heridos y señaló que el local de copas suele estar abierto a esa horas y que "mucha gente sale a fumar a la puerta". El antiguo propietario del negocio, Arturo Barrocas, que lo traspasó hace nueve meses, estaba impactado: "Qué susto, menos mal que no hay heridos".