La Corredoria denuncia que el barrio es "un circuito de carreras" ilegales: "Un día va a ocurrir una desgracia"

Los vecinos aseguran que por las noches se juntan conductores que usan ciertas calles «para hacer pasadas con coches potentes»  

La Policía Local durante un control en La Corredoria.

La Policía Local durante un control en La Corredoria. / IRMA COLLIN

Llevan años denunciándolo, pero aseguran que el problema persiste y que cualquier día «va a ocurrir una desgracia». Los vecinos de La Corredoria insisten en que, cuando llega la noche, algunas calles del barrio se convierten en una especie de «circuitos de carreras ilegales» en las que algunos conductores ponen sus coches a toda velocidad. No es que sean competiciones organizadas (aunque hace tiempo llegaron a registrarse denuncias afirmando que sí llego a haberlas), se trata, según explica la alcaldesa de barrio, Maite Orozco, «de chavales, normalmente jóvenes, que ponen a prueba sus coches potentes haciendo pasadas peligrosas».

El problema ya ha sido puesto en conocimiento de las autoridades, que incluso han llegado a detener y multar a algunos de estos conductores, según explica Maite Orozco. «Lo que pasa es que muchas veces los avisamos y cuando llegan los agentes ya se han marchado. También les hemos enviado vídeos. La Policía hace su trabajo, pero no es fácil cogerlos», reconoce la alcaldesa de barrio.  

Los vecinos aseguran que esos conductores ponen a prueba sus coches en varios «circuitos» del barrio. Uno de ellos es el que parte de la calle Josefina Argüelles, la zona de viviendas conocida como La Malata. Los «pilotos temerarios» conducen hasta la rotonda del Molín de la Casuca, donde giran a toda velocidad para volver hacia el punto de salida en sentido inverso. Otro de los recorridos que suelen hacer los coches que participan en estas carreras también parte de la calle Josefina Argüelles, aunque en el otro sentido. Los coches atraviesan la calle José Remís Ovalle y recorren Ingeniero Francisco Pintado, donde está ubicado el instituto de secundaria del barrio y también el Instituto del Carbón (INCAR). Al final de esa calle está la rotonda que daba acceso a la AS-II hasta que se abrió el nuevo enlace, un lugar que los coches usan para dar la vuelta hacia el punto de partida.

Los denunciantes aseguran que la zona del hospital también es un sitio muy frecuentado por los coches que circulan a altas velocidades. Uno de los recorridos más utilizado discurre entre las calles Presidente Adolfo Suárez y Molinos de Sinicio. En ese circuito hay hasta tres rotondas y calles anchas que son «un caramelo» para quienes pisan a fondo el acelerador.