Opinión | Crítica / Teatro

Héroes o villanos

La conquista de América es uno de los hitos más trascendentales de la historia de la humanidad. Tal es la importancia de sus mitos y acontecimientos y lo controvertido de su recepción posterior. De haber tenido una industria cinematográfica como la hollywoodiense, hubiéramos convertido la conquista en un género a la altura del western. La compañía Proyecto Cultura nos propone un estimulante juego: surcar los mares a bordo de una bañera victoriana sin más ayuda que un par de varas que hacen las veces de remos, arcabuces y lo que haga falta y el ingenioso humor corporal de este trío genial. El texto de J. P. Cañamero (pseudónimo de Chema Pizarro, uno de los protagonistas) es una revisión desmitificadora en clave paródica de los momentos más importantes del sometimiento del nuevo continente. Una sucesión de gags inspirados en el cómic y en el cine mudo, con un torrente de onomatopeyas, juegos de palabras, pantomimas, toques de humor absurdo y guiños a la actualidad en el que los tres actores, sin caracterización alguna y vestidos con ropa de trabajo, sudan la camiseta encarnando a multitud de personajes en un ejercicio de virtuosismo técnico: Francis J. Quirós da vida a un Colón con fuerte acento italiano, a Hernán Cortés como el líder de un grupo musical iluminado y tiránico, a Atahualpa en plan niña del exorcista y a Pedro de Valdivia, Chema Pizarro se convierte por su parte en un Núñez de Balboa aizkolari descubriendo el océano Pacífico, en un Moctezuma con acento catalán y en su homónimo Pizarro; Nuqui Fernández será la seductora Malinche, una mujer del tiempo alertando de la borrasca Hernán Cortés, una locutora de un combate de boxeo y la aguerrida conquistadora Inés Suárez, que denuncia el olvido al que se ha sometido a todas las mujeres que participaron en el descubrimiento. El minimalismo escenográfico se apoya en una excelente iluminación capaz de crear distintas atmósferas y en una música impactante y variada que combina arias de ópera, como "O mio babbino caro" con "Mamma mia" o el rock de Álvaro Rodríguez Barroso. Las referencias locales a Asturias, con mucha gracia, se ganaron a un público que rió y aplaudió esta propuesta desenfadada, que plantea interrogantes y conduce a la reflexión a partir de la diversión, en poco más de una hora de función a un ritmo frenético.

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