Opinión

Abandono en la Cadellada

La necesidad de recuperar el uso de la capilla junto al HUCA

La capilla de la Cadellada se encuenra en una situación lamentable, de estado vegetativo, de coma inducido, una capilla que se cerró de manera provisional, con la promesa de su inminente restauración, y sigue olvidada e ignorada por las autoridades competentes. Diecinueve años de abandono que suponen un deterioro cada vez mayor de esta joya que se ha planteado catalogar como Bien de Interés Cultural.

A la luz de esta llamada de atención, como parte directamente interesada, como representante de una parroquia que nació y vivió en esa capilla sus momentos más recordados, solo espero un poco de cordura, de sentido común, de racionalidad recuperadora y ética dialógica.

¿Por qué este renovado interés? Lo primero, por decencia histórica y cordura política, tendríamos que conservar y dar vida a nuestro patrimonio histórico en todo su sentido. Segundo por coherencia ética, frente a determinados colectivos que vuelven con la burra al trigo de denuncias falaces, los bulos y barros tan actuales, y reivindicaciones irreales, absurdas y carentes de practicidad efectiva, eliminando toda referencia de lo que fue su nacer, su historia y su sentido, vaya, que no sea templo, ni iglesia, ni capilla.

Mi gente me lo repite con desasosiego cada día, con tristeza y mucha añoranza, ¿cómo es posible que esa pequeña y abandonada casa, en la que todos crecimos, cientos de jóvenes y adultos del barrio nos bautizamos, hicimos la comunión o nos casamos, siga en el olvido y el desprecio de gestores y políticos, sea objeto de extraños deseos y no pueda volver a ser lo que siempre fue para nuestras familias y nuestro barrio? ¿Cómo nadie levanta la voz o pone manos a la obra para redignificar y regalar a la ciudad de Oviedo un espacio en el que el arte se hace vida, huele a familias de fiesta, y resuena en cientos de oraciones, de silencios y celebraciones con nostalgia? ¿Quién puede creerse en estos tiempos de estrecheces y manipulaciones, que un lugar privilegiado para el silencio y la oración de cientos de personas que suben o bajan al HUCA, o simplemente quieren encontrar un poco de paz por vivir momentos de dolores familiares, permanezca olvidada o pueda convertirse en un chiringuito madreñero de escasa significatividad social?

Me pongo a soñar y me imagino a Paulino Vicente retorciéndose en la memoria de su sueño, cuando en los años 60 volcaba su credo en 12 rostros de enfermos de aquel viejo psiquiátrico en torno a un majestuoso y liberador Jesús. Quería contribuir a un espacio para la esperanza, el canto y los abrazos, para que muchos olvidados de una sociedad cerrada y marginalista se reconocieran importantes en la única familia que siempre está con los olvidados. No me lo imagino haciendo un museo, que para eso ya tenía todo, ni un espacio para chiringuitos culturetas, sino más bien dando contenido a lo que vendría a ser una casa del y para el pueblo, pero de las de verdad.

Solo pedimos y esperamos que vuelva a ser o siga siendo lo que siempre fue, un espacio de oración compartido y abierto a todos. Una capilla digna para nuestro HUCA, donde la gente pueda entrar a sentarse en el silencio de una oración, o un remanso de simple paz para mitigar las desesperanzas. Esperamos que Ayuntamiento, Consejería, Patrimonio, instituciones culturales y vecinales, nuestra Iglesia, nos pongamos manos a la obra, al diálogo, a posibilitar que las gentes de nuestro barrio, de Oviedo y de cuantos por allí pasen, recuperen la posibilidad de encontrarse con los viejos rostros de Paulino Vicente, con las imágenes de devociones populares, con el silencio de una capilla abierta a todos.

¿Por qué no nos sentamos de una vez y encontramos una solución digna para ese emblema, no solo de nuestro barrio, sino de toda la ciudad, para esa casa que no puede ser de nadie porque es de todos y para todos, para esas paredes que no quieren ser un almacén de esperpentos, sino un remanso de encuentro y oración? Pongámonos manos a la obra y dejémonos de tonterías estériles.

Suscríbete para seguir leyendo