Opinión

Hosteleros de pasión

El reencuentro de un grupo de profesionales de los fogones

La hostelería asturiana desde que se conformó en colectivo oficial –unos cincuenta años ya– para defender los intereses del gremio vive a fondo con vocación y pasión su trabajo cotidiano. Una de las directivas más renovadas y con iniciativas de avance y progreso, con Pepe Vicol a la cabeza y apoyados por empresarios de raza de toda la región, situaron al sector de los servicios en cotas altas de ánimo, sentimiento y calidad. Hace algunas fechas, para celebrar la efeméride de los treinta años de junta directiva, se reunió un grupo de excelentes profesionales en el complejo turístico de Peña Mea, en Llanera, con su propietario, Joselín, de anfitrión. Allí disfrutaron de un encuentro animado y cargado de camaradería donde se analizó el momento que vive actualmente la razón hostelera de aquí y su camino para alcanzar la excelencia en el servicio y la calidad en las propuestas. Alabaron la capitalidad de Oviedo como centro gastronómico nacional y se empeñaron en mantener el estilo y la promoción de los productos primigenios de cada zona regional. Un ejemplo fueron los corderos a la estaca bien preparados al estilo del Alto Nalón, con un asador de prestigio como Javier Robledal, un lavianés que dejó impronta de su saber hacer en estas lides de la cocina del fuego. Buena acogida en el restaurante Peña Mea y unas horas de disfrute y entretenimiento para unos profesionales que han dejado huella en este campo de la buena culinaria y que siguen al pie del cañón junto a sus herederos para ofertar lo mejor de sí mismos, que es mucho y diverso. La hostelería asturiana englobada ahora en Otea con la unión regional por fuerza motriz , vive bastante de la raíz de aquella junta directiva que revolucionó el gremio profesional con iniciativas de progreso basadas en la formación y la calidad del producto. Lo señaló Pepe Vicol con el apoyo unánime de sus compañeros apuntando que la hostería del Principado es un aval fundamental para mejorar el sector de los servicios y crear riqueza, al tiempo que una manera de hacer felices a los innumerables clientes que consumen calidad y producto de la tierra. Fiesta, pasión, amistad y abrazos mutuos en un condumio de altura organoléptica y bien ejecutado por el equipo de un gran profesional del gremio hostelero como es Joselín de Villoria. La efeméride sirvió para animar a las nuevas generaciones y seguir trabajando en la labor profesional de una agrupación con trasfondo de hermandad y cofradía. Eutimio, de Lastres y uno de los mejores planchadores de pescado de Asturias, vivió unos momentos únicos de convivencia y afecto. Y eso es todo un éxito.

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