Es de todos conocido que a las embarazadas les sangran las encías, y a este cuadro se le ha denominado clásicamente "gingivitis del embarazo". Pero esta denominación no es correcta. La gingivitis es una inflamación de la encía que cursa con sangrado gingival, pero en algunas embarazadas lo que tiene lugar es un cuadro de inflamación más profunda, que cursa con pérdida ósea irreversible y que puede incluso llegar a la pérdida de dientes, denominado periodontitis. Esto es debido a que los cambios hormonales que tienen lugar en la mujer embarazada facilitan la colonización de las encías por bacterias patogénicas, del tipo denominado como Bacteroides negropigmentados, y al mismo tiempo provocan un incremento de la respuesta inflamatoria local. Esto podría ser también aplicable a tratamientos que impliquen dosis muy elevadas de hormonas sexuales femeninas esteroideas, como podría ser la preparación para la fecundación in vitro.

Lo que ya no es tan conocido es que las enfermedades periodontales, y especialmente la ya descrita periodontitis, puedan estar relacionadas con complicaciones perinatales. Sin embargo, en las últimas décadas se ha ido desarrollando una evidencia creciente de la asociación entre estas enfermedades y los partos prematuros, los nacimientos de bajo peso y la preeclampsia. El mecanismo mediante el que la periodontitis pueda contribuir a una complicación del embarazo no está aún bien definido, pero sabemos que las bacterias que infectan las encías, como la Porphyromonas gingivalis o el Fusobacterium nucleatum, pueden llegar a contaminar la placenta y el líquido amniótico vía sanguínea. Estas bacterias también pueden actuar de forma indirecta, induciendo la producción de mediadores inflamatorios en la encía o el hígado, que influyen en la unidad feto-placentaria, causando inflamación, alterando el intercambio de nutrientes materno-fetal y reduciendo la secreción de factores de crecimiento fetales. Curiosamente, la flora analizada de placentas de pacientes que han tenido partos prematuros y niños de bajo peso guarda más relación con la flora de la placa bacteriana de las encías de las pacientes que con su flora vaginal o intestinal.

Esta relación bidireccional enfermedad periodontal-embarazo hace que del tratamiento de estas infecciones se pueda obtener un doble beneficio: curar la infección periodontal que nos puede llevar a evitar perder los dientes, y potencialmente reducir la aparición de complicaciones del embarazo. Tratar la periodontitis de la madre tiene también un beneficio para el neonato, que a los 6 meses adquiere la flora bucal de la madre, pues favorecerá que en su boca se desarrolle una flora bucal primigenia compatible con salud periodontal y tendrá menos riesgos de padecer periodontitis en el futuro.

El momento ideal del tratamiento periodontal es antes del embarazo o de un tratamiento preparatorio para la fertilización. No obstante, si el embarazo ya está en curso se puede realizar un tratamiento periodontal no quirúrgico con seguridad entre las semanas 13 y 21 del mismo.

Barros S., Norio A., Moy S., y Offenbacher S. El papel de la enfermedad periodontal materna en las complicaciones perinatales. Periodoncia Clínica 2017, 8: 23-31.