Oviedo, José PALACIO

El primer derbi que se disputará a puerta cerrada, esta noche en El Molinón será un partido de rivalidad de alta tensión, muy similar al que se disputó hace 17 años en el Carlos Tartiere. Los dos equipos pasaban por situaciones similares a las de ahora. El Sporting estaba en mitad de la tabla de Segunda División y con el Oviedo más necesitado que nunca por la posibilidad del descenso a Segunda B, ya que ocupaba el puesto de colista de la clasificación, a seis puntos de la salvación y con siete jornadas por disputar.

El derbi de hoy, con el Oviedo más agitado que nunca por la proximidad del descenso, repite todas esas condiciones que se dieron en 2003. La gran diferencia está en que ahora ambos equipos están pasando por una época de gran tranquilidad económica, muy distinta a la de aquel año, ya que los azules estaban a las puertas de la suspensión de pagos y los rojiblancos acuciados por las deudas que reclamaba la plantilla de la temporada anterior. Además, los dos equipos habían sufrido cambios en los banquillos. El Oviedo tuvo cuatro entrenadoers (Quique Marigil, Vicente, Miguel Sánchez y Antonio Rivas) y el Sporting dos (Pepe Acebal y Antonio Maceda).

El Oviedo llega de nuevo a un derbi con la urgencia de una victoria para no complicar aún más sus opciones de permanencia en Segunda, mientras que el Sporting lo hace en una tensa calma, con opciones todavía de pelear por el play-off de ascenso a Primera División, ahora a tres puntos.

La temporada del Oviedo en la 2002-03 antes del derbi presentaba muchas coincidencias con la actual: los cambios en el banquillo y la mala trayectoria del equipo en el Carlos Tartiere, dónde sólo había ganado tres partidos, por las cuatro victorias que ahora lleva. Eso hizo que el derbi fuese el más dramático de los últimos años, ya que las pocas posibilidades que tenían los azules de seguir en Segunda División pasaban por la victoria en el partido de rivalidad.

Esa tensión se reflejó en las gradas y en el terreno de juego. Antes del partido, un seguidor sportinguista se precipitó al suelo, de manera fortuita, desde las escaleras que dan acceso al Carlos Tartiere y terminó en el Hospital Central de Asturias, con varias costillas rotas y en observación. Ya en el partido, el gol de Oli que suponía la victoria del Oviedo desató el entusiasmo en el fondo de los seguidores radicales del Oviedo. Oli festejó el tanto junto a los aficionados, en la avalancha cedió la barandilla protectora y muchos de ellos acabaron en el terreno de juego.

El partido tuvo todos los ingredientes de un encuentro de la máxima rivalidad: goles, emoción y mucha polémica, dos penalties, una expulsión (Pablo Alvarez) y lanzamiento de objetos al terreno de juego. Uno de ellos impactó en la cabeza del oviedista Yago y motivó que el Comité de Competición decidiese el cierre del Carlos Tartiere por incidentes graves de público.

El árbitro del partido, Delgado Ferreiro, no había mencionado en el acta ni la avalancha ni la invasión del césped por los aficionados al final del encuentro, aunque sí el lanzamiento de objetos y la circunstancia de que uno de ellos - un bote de aluminio - impactó en la cabeza de Yago. Fue el tercer cierre del Carlos Tartiere en toda su historia, tras los producidos en la temporada 1979-80 y 82-83, y obligó a los azules a jugar el último partido de Liga en el Suárez Puerta de Avilés ante el Levante.

En el terreno deportivo, el Oviedo se llevó la victoria por la mínima, 2-1, con goles de Geni y Oli, mientras que Villa marcó el de los rojiblancos. Los azules se colocaron a tres puntos de la salvación. También ganó el siguiente partido ante el Leganés, abandonando el puesto de colista y enlazando por primera vez en la temporada dos victorias consecutivas.

Pero tras empatar en el Tartiere con el Albacete, los azules perdieron los últimos cuatro partidos y llegaron a la última jornada ya descendidos a Segunda B. Al final, el Oviedo fue penúltimo, con 40 puntos, y le acompañaron en el descenso Leganés, Racing de Ferrol y Badajoz. Por su parte, el Sporting quedó en mitad de la tabla, décimo con 53 puntos, a dieciocho puntos del tercer clasificado, el Almería, que subió a Primera junto con el Murcia y el Zaragoza.