La etapa del barro, en Tercera y Segunda B, desde los despachos de El Requexón se defendía una idea cuando apenas llegaban canteranos al primer equipo: "Hay mucha ansiedad en torno al club. Cuando el Oviedo vuelva al fútbol profesional volverá a tirar de la gente de la casa". Una vez alcanzado el objetivo mínimo, la presencia de futbolistas de abajo vuelve a estar en entredicho. Suben algunos futbolistas, siempre de forma esporádica, y solo algunos lo hacen para quedarse. Los años 90, última etapa dorada de El Requexón, queda muy atrás: Eugenio Prieto defendía que un canterano como César crecería antes si a su lado tenía un internacional como Jerkan.

Aquellas plantillas con una base de la casa, trufadas de internacionales, dieron paso a la supervivencia pura. La hecatombe de 2003 dio aire a los canteranos, pero se hizo por necesidad. Una vez calmada la situación, los diversos proyectos del Oviedo le dieron la espalda a El Requexón. En los últimos 10 años, han debutado 29 futbolistas con el Oviedo desde el filial o el juvenil. La inmensa mayoría solo sirvieron de parche, sin gozar de continuidad después.

Ya en la 2006/2007, la del descenso a Tercera, hubo tres chavales que se estrenaron con el primer equipo. Fueron Álex Arias, Mario Castro y Nacho Méndez. Solo el último vivió más capítulos azules las siguientes temporadas. Con Carrasco a los mandos, al año siguiente, tuvieron su oportunidad Adrián Fuentes, Nico y el portero Javi Díaz. Los tres intervinieron de manera testimonial. La 2008-2009 sí vio una irrupción importante, una de las más celebradas en la última década. Pelayo Novo se hacía un hueco en el primer equipo a base de calidad y empuje. Disputó 19 encuentros ligueros aquella campaña, en la que también se estrenó Ernesto, con menor recorrido. Pelayo llegó para quedarse: perteneció a la primera plantilla azul hasta que en 2012 puso rumbo a Elche.

Las dos siguientes campañas a la de la irrupción de Pelayo no fueron fructíferas. Artabe dio el salto en la 09/10 de la mano de Pichi Lucas, para ayudar en seis encuentros. Al año siguiente tocó otro curso ajetreado. Debutaron Jandrín, Carlos Cuello. Carnero y Prosi y solo el primero se quedó en el primer equipo. Otra aparición importante fue la de Álvaro Cuello, en la 2011/12. El defensa, que alcanzó el estatus de capitán, estuvo 3 campañas. Junto a él, ayudaron aquel año Chamorro, David González y Jairo Cárcaba, los tres de manera puntual.

Trabanco fue la única cara nueva en la 2012/2013, cuando Sarriugarte palió las bajas con su presencia en un choque y en la siguiente, la 2013/2014, la aportación de la cantera llegó al final. Robles buscó la reacción del equipo con la participación de dos juveniles que había tenido a sus órdenes: Capelete y Lucas. El segundo sigue en el Vetusta.

Sergio Egea, al frente de la nave desde el verano de 2014, ha sido el técnico que en esta década más oportunidades ha dado a los de abajo. El argentino hizo debutar a seis chavales en su primera campaña. Algunos como Óscar Ruiz (un partido en Liga y 3 en Copa), David González (una cita en Copa) o Emilio Morilla (un encuentro) no lograron continuidad. Allyson (4 en Liga y 1 en Copa) y Christian Rivera (tres partidos aquel curso) sí se ganaron mayor presencia en los entrenamientos y encuentros del primer equipo. El gran descubrimiento aquel curso fue Diegui Johannesson, que con el argentino logró asentarse y alcanzar la internacionalidad con Islandia, tierra de su padre. La pasada campaña, ya en Segunda, el oviedismo celebró el bautismo de otros tres chavales: Viti, José Martínez y Héctor. Mientras el tercero pertenece ya a la primera plantilla, los otros dos intentan brillar en el filial.