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Responsable del área de desarrollo personal, profesional y académico

"Es importante que los chicos estudien también si triunfan"

"A veces los niños piensan que si van a ser futbolistas no es necesario que se formen; hay que luchar contra eso"

Teresa Álvarez, ayer, en las instalaciones Tensi. JULIÁN RUS

Al Oviedo no sólo le preocupa lo que les suceda a sus jugadores dentro del terreno de juego. Los chicos siguen siendo futbolistas del club cuando salen del campo y lo que les pueda suceder también les interesa. El rendimiento académico es la mejor forma que tiene el Oviedo para detectar un problema y para saber en qué momento alguien necesita que le echen una mano.

La responsable del área de desarrollo personal, profesional y académico del Oviedo es Teresa Álvarez Suárez, una maestra y psicopedagoga que trabaja cada tarde en las instalaciones Tensi para intentar que los chicos que pasan por el club tengan la mente abierta y sean conscientes de que el futuro de un futbolista es incierto. Pero no sólo se trata de que busquen una alternativa al deporte, también intentan convencerles de que adquirir ciertos conocimientos y habilidades les va a servir aún triunfando en un mundo tan complicado.

"El tema académico nos preocupa, a veces los chicos piensan que si van a ser futbolistas no es necesario que estudien; hay modelos para los chavales de jugadores que han triunfado y que no tienen formación académica. Hay que luchar contra esa imagen. Nuestro papel es cambiarla, independientemente de que lleguen o no a su meta de ser futbolistas. No hay por qué relacionar una cosa con la otra", explica Teresa Álvarez.

Los jugadores de la cantera azul están obligados a entregar sus notas de forma regular. "Algunos no las suelen dar tan fácilmente", reconoce. Esta norma incluye también a los juveniles, con los matices de una edad en la que ya la enseñanza no es obligatoria. Lo que el Oviedo quiere es saber qué hacen además de jugar al fútbol y hacerles responsables de las decisiones que tomen: "Queremos y tenemos que saber lo que está haciendo un jugador, en el caso de que no hagan nada se habla con esa persona para que se responsabilice de lo que está haciendo. Les hacemos pensar en su propio futuro, que tengan conciencia de las decisiones que están tomando y que sepan que van a tener consecuencias para bien o para mal".

Uno de los estereotipos que quiere desterrar esta psicopedagoga es el de la riña o la bronca. No se trata de eso. Su objetivo es ampliar los horizontes de las personas que pasan por el Oviedo. "Se trata de que sean ellos los que se den cuenta de que tienen que tener un plan B por si las cosas no salen como les gustaría. El fútbol es complicado, puede haber lesiones, un entrenador para el que no cuentas; y además la vida de futbolista es corta", explica Teresa Álvarez. A veces es ella la que trata de abrirles horizontes que ellos a lo mejor no se habían planteado: "A los chavales que están jugando en la cantera normalmente les gusta el deporte en general y les intentamos explicar qué han de hacer para formarse como entrenadores, preparadores físicos o, por qué no, periodistas deportivos".

También les explica a los que están convencidos de que van a ser grandes estrellas las ventajas que les puede suponer tener ciertos conocimientos y habilidades: "Hay gente que ganó mucho dinero y lo despilfarró y, además, cómo valoran si tienen dos opciones en el futuro cuál es la mejor". A Teresa Álvarez también le gusta dar lo que llama "refuerzos positivos". "No nos olvidamos de elogiar, eso también es importante", explica.

Teresa Álvarez no sólo trabaja con los 130 jugadores de las categorías inferiores del club, también se reúne regularmente con los entrenadores, con Roberto Robles (responsable de fútbol formativo del Oviedo) y con los familiares de los jugadores, una parte fundamental para la formación de los chavales. "El fracaso académico muchas veces es síntoma de que algo está pasando, lo que tratamos es de abordar ese algo. Buscamos que el chaval reaccione y que haya un cambio; pero la solución siempre está en que ellos quieran cambiar", explica Teresa Álvarez.

Esta psicopedagoga lleva dos años en el Oviedo y está muy satisfecha con la labor que está realizando: "He tenido muy buena acogida por parte del club, de las familias y de los chavales; la colaboración es máxima". El objetivo es que trabajar juntos para que del Oviedo salgan tan buenos futbolistas como personas.

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