Juan Antonio Anquela fue presentado el 26 de junio de 2017 en el Carlos Tartiere. Vestía chaqueta negra, camisa blanca y sonrisa de satisfacción. Corte de pelo estándar y tez morena, reflejo del verano. Llegaba al Oviedo, un club del nivel del que siempre había esperado. El jienense había tenido una fugaz experiencia en Granada, la única vivida en Primera División, pero el destino le había llevado a equipos más humildes, sin masa social importante. Para él, dirigir al Oviedo era un sueño por todo lo que rodea al conjunto azul.

De ahí el gesto de satisfacción que reflejaba su rostro. No tardaron en cambiar las cosas. La autoexigencia empezó a afectar a su imagen. En los primeros cuatro meses como entrenador del Oviedo había adelgazado 6 kilos.

Su imagen ha sufrido otro cambio el presente curso. Para esta temporada, el entrenador se dejó el pelo un poco más largo que a su llegada. En las últimas semanas, le acompaña una incipiente barba canosa. La segunda foto que acompaña esta información (en la que presenta un gesto cansado) fue tomada el pasado viernes, a su llegada a La Coruña. El cambio en su físico es evidente.