Entre los jugadores con contrato que no continuaron, con José Fernández y Susaeta se anunciaron entendimientos sin coste añadido para el club. Diferente fue la situación con Jon Erice y Jorge Ortiz, con los que el Oviedo no especificó el gasto empleado en las rescisiones de sus contratos. Además, está el caso de David Fernández, con el que se había empezado a negociar pero que finalmente no renovó por deseo del Oviedo. Para evitar la denuncia, el club y el central llegaron a un acuerdo económico. Parece claro, por tanto, que los 365.000 de coste de indemnizaciones responde a las salidas de Erice, David Fernández y Jorge Ortiz.

También es destacada la cantidad invertida por el club en "gastos de adquisición de jugadores de la plantilla inscribible", que se refiere principalmente a abonos a otros clubes por cesiones de futbolistas. En la pasada campaña fue de 639.000 euros, una cantidad importante. Anquela contó entonces con los cedidos Fabbrini (Birmingham), Yeboah (Manchester City), Owusu (Leganés) y Olmes (América de Cali).

En las cuentas se muestra que el Oviedo pagó por un traspaso el pasado curso, rompiendo la norma anunciada por el club de que no lo haría. Las cuentas explican que "las altas del periodo corresponden a la adquisición (coste del traspaso definitivo) de un jugador de la plantilla deportiva inscribible del club (135.000 euros)". El único futbolista que fichó el Oviedo en su momento con contrato con otro club fue Mossa, procedente del Nàstic. El resto de incorporaciones fueron cedidos y jugadores que llegaron libres.

Influye, también, en el déficit el aumento de coste en la plantilla no inscribible, principalmente el Vetusta: de 592.000 a 795.000 euros. Y el pago de primas por el ascenso al filial, de 164,200 euros.

En el capítulo de ingresos destaca el aumento de casi todas las partidas y especialmente en el capítulo de abonados. De los 2.966.000 se pasó a los 3,2 millones del pasado curso.

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