Había miembros de la Peña Luismi, Salas, Pumarín, la Colonia, Fondo Norte? Una amalgama de seguidores azules que habían solventado el largo viaje entre Oviedo y Almendralejo con dosis de ilusión por la buena trayectoria de los azules en este inicio de año. Por eso confiaban en una victoria más. Eran unos 45 y formaban parte del autobús que la Asociación de Peñas Azules del Real Oviedo (APARO) había fletado para viajar, en el día, a seguir el choque. Pero la ilusión chocó en la puerta del estadio. A escasos metros del objetivo. Con el paso de las horas, nadie del Extremadura ha acertado a explicar las razones de denegar la entrada. La APARO emitió ayer un comunicado denunciando el "atropello".

El nutrido grupo de seguidores llegó a las puertas del estadio un cuarto de hora antes del inicio del choque. Ahí es cuando empiezan los problemas. "Había un par de seguidores que se habían dejado el DNI en el bus, pero no había problemas en solucionarlo. Después, nos dicen que habíamos montado bronca por Almendralejo" relata Jaime Campillo, vicepresidente de las peñas y que vivió el episodio en primera persona. Él mismo rechaza esa acusación: "En las horas previas estuvimos en el bar California 1980. La dueña estaba tan encantada que nos regaló cinco botellas de champán".

Fue entonces cuando surge el problema con la lista. "El hombre de la taquilla dice que no tiene el listado con los nombres de los seguidores, pero sabíamos que era mentira", explica Campillo. El vicepresidente es uno de los colaboradores a la hora de organizar los desplazamientos: "Había 99 nombres apuntados y el mail lo mandó el responsable de seguridad del Oviedo el martes", indica. El correo iba dirigido a David Mata -gerente del Oviedo-, a la Policía Nacional y a la seguridad del Extremadura, además de a La Liga.

El propio Mata se personó en las inmediaciones del estadio, pero la negativa de los responsables de seguridad del Extremadura y de los encargados de las taquillas imposibilitaron el arreglo. "Iban de una disculpa a otra. Me da la impresión de que no nos dejaron entrar por otras razones", defiende Campillo. Esas "otras razones" son las sospechas entre los afectados de que la medida iba dirigida contra Symmachiarii, con integrantes en el grupo al que se les negó entrar. La prohibición de mostrar sus símbolos al encuadrarlo dentro de los grupos violentos por parte de Antiviolencia no implica, sin embargo, que sus miembros no puedan acceder a los estadios siempre que cumplan con los trámites previstos, como fue en el caso del Francisco de la Hera.

El malestar de los seguidores sigue vigente días después y ya se estudia la posibilidad de interponer una demanda contra el Extremadura, en parecidos términos a que se llevó a cabo contra el Cádiz por una situación similar y que acabó con el pago del club gaditano de 25.000 euros a los aficionados a los que se les negó el acceso al Ramón de Carranza el día del partido que dio el ascenso a Segunda en 2015. "La APARO se reserva medidas legales por el atropello", finaliza el comunicado de las peñas.