César Mario Jacquet Martínez, que fue jugador del Oviedo durante cinco temporadas (1972-1977), en teoría había nacido en Asunción, capital de Paraguay, en el año 1946. De Paraguay lo trajo a España en 1970 el Atlético de Madrid -con el que nunca llegó a debutar- que lo cedió al Burgos en Primera División. Después el Oviedo lo fichó en propiedad, en la campaña 1972-1973, y en Asturias encontró la estabilidad deportiva y personal. Era aficionado al marisco y a hacer escapadas a Tazones cuando tenía descanso.
Jacquet fue un duro centrocampista, de perfil defensivo, figura esbelta en el campo, y con mucho carácter. Los que fueron sus excompañeros en el Oviedo guardan un gran recuerdo de él. En el club azul jugó tres campañas en Primera y logró un ascenso desde Segunda. Los que coincidieron con él en el vestuario valoraban mucho a Jacquet, que en la actualidad vive en Sudamérica, y también recuerdan entre risas las dudas acerca de su identidad. "Llegó al Oviedo más viejo que yo y marchó más joven", rememora un exfutbolista. Jacquet fue uno de los llamados oriundos, jugadores sudamericanos con supuestos descendientes españoles que llegaron en masa a España entre los sesenta y los setenta. Fue una época en la que se registraron varios fraudes, algunos con escenas delirantes: "Mi papá era de Celta de Vigo", dijo Adorno, un portero argentino que fichó por el Valencia en los setenta. El Oviedo no fue ajeno a ese jaleo, que acabó en una amnistía en 1975 tras una denuncia del Atlético de Madrid y del Barcelona. Jacquet, aunque no fue el Oviedo quien lo fichó, fue el "oriundo" de los azules. Sobre su edad siguen existiendo dudas -de hecho hay quien dice que llegó a jugar hasta más de los 40 años, pese a que en los papeles figuraban unos 35- pero su nacionalidad quedó clara ya hace años.
En realidad nació en Clorinda (Argentina). En la época fue bastante habitual que jugadores argentinos cambiasen su identidad en Paraguay, donde había más facilidades para camuflar la nacionalidad, como así sostiene el historiador José Ignacio Corcuera, que recientemente publicó un estudio titulado "El timo de los paraguayos", entre los que incluye al oviedista Jacquet.
Cuando se descubrió todo el pastel de los oriundos el lío fue monumental. Juan Mesa, expresidente azul, actual responsable del museo del club, era por entonces el secretario del Oviedo. Viajó a Madrid, acompañado por un empleado, para solucionar todo el papeleo de Jacquet. En una tarde, gracias a la intermediación de Sabino Fernández Campo (Oviedo, 1918- Madrid-2009), ex jefe de la Casa Real. "Estuvimos todo el día de puerta en puerta. Luego lo arreglamos todo en la Federación. Sabino, como era habitual en él, nos ayudó muchísimo", rememora Mesa.
Gracias a esa gestión, Jacquet pudo seguir dando alegrías a la afición azul. Era carácter puro, según recuerdan, y las anécdotas no faltan. En un partido en el Tartiere frente al Real Madrid se rememora una escena en la que Jacquet se plantó solo delante del portero, Miguel Ángel, y un espontáneo -Puskas-, un personaje muy conocido en Oviedo, interrumpió la jugada y el gol nunca llegó, dejando a Jacquet golpeando el césped de rabia mientras la Policía se llevaba al aficionado. "Mario era un jugador con un físico extraordinario, fibroso, no engordaba, técnicamente entendía el fútbol muy bien. Podía jugar en todos los lados, con una intuición y una mala leche...Tuve una vez una bronca con él. Una cosa del juego, se lo dije, lo entendió, y desde eso yo creo que nos llevamos mucho mejor ", rememora Vicente González Villamil, ex defensa azul, que coincidió con Jacquet en su etapa en el Oviedo.
"Era un jugador de equipo, un gran marcador. Muy delgado, pero fuerte físicamente. Nos entendíamos muy bien", relata Clemente Iriarte, "El Pulpo", centrocampista del Oviedo en los setenta durante nueve temporadas.
Jacquet, tras su etapa en el Oviedo, fichó por el Valladolid y luego estuvo en el Elche. Acabó en la zona del sur de España, en el Orihuela. Tras su retirada se dedicó a entrenar a equipos de la zona y estuvo en la cantera del Elche. Luego volvió a Sudamérica, donde reside desde entonces, dedicado al fútbol.
