En su primer estreno, Héctor Font y Linares se llevaron los aplausos. En el segundo, el zurdazo de Tejera y el partidazo de Jimmy quedarán como protagonistas. En ambas historias, un tipo de semblante serio y concentrado en la banda. De pie, erguido junto al banquillo, sigue de cerca la evolución del juego aunque limita sus correcciones sobre los chavales. Del huracán de gestos de Anquela al tono pausado de Sergio Egea, llamativo contraste. El primer paso de la segunda etapa del argentino al frente del Oviedo llega con el mismo éxito que el primero. Con una victoria convincente (3-1 entonces al Sporting B y 0-1 ahora en Almería) y con la sensación de que el equipo puede ir a más. El golpe de efecto en la pelea del play-off tiene el sello inconfundible de Egea.

Había cierta expectación por ver cuál era su elección de cara al encuentro. Ver si apostaba por el 4-4-2 (sí) y si se atrevería a darle cancha a los chavales (también). Egea apostó por el sistema ofensivo que predicó en la previa en busca de un triunfo más que necesario. Con el equipo plantado en el césped y las órdenes perfectamente integradas, Sergio Egea se limitó a seguir el choque de ayer ante el Almería desde la zona técnica y a corregir alguna posición puntual. Apenas tuvo que intervenir durante una primera mitad de dominio azul.

Al descanso, novedad. Con Anquela, los suplentes solían tocar balón en el campo. Ahora, todos acceden al vestuario para escuchar la charla. Los primeros suplentes que calentaron fueron Mossa, Folch y Viti. Y el primer cambio, Mossa. El tramo final mostró la versión más eléctrica del argentino, más explosivo en la banda. La tensión se soltó con el pitido final: el cierre a un estreno soñado.

En la grada, la fiesta azul fue evidente. Aunque ya desde una hora antes del encuentro, los seguidores afrontaban el choque con optimismo. El once inicial fue celebrado por gran parte de la hinchada. Para algunos, como Laureano García y Magadalena López, el viaje había merecido la pena. Aunque este implicara 10 horas de carretera desde Galicia a Almería. Se habían cruzado España. "Tengo buenas vibraciones con Egea, creo que nos irán bien las cosas", comentaba la pareja antes del choque. También los hubo que aprovecharon la cita para juntar vacaciones y fútbol. Fue el caso de Jorge de la Uz, Aida de la Llana, Carlota Alonso y José Ignacio Alonso, que disfrutaban de un paréntesis en Benalmádena (Málaga) roto por su pasión futbolera.

Y entre los asistentes al choque, un guiño al pasado. A los Juegos Mediterráneos se acercaron Carlos Peña y Gorka Magunazelaia. El primero fue lateral azul en las campañas 2015/16 y 2016/17, mientras que el segundo era portero suplente en el año del ascenso. Los dos trabajaron a las órdenes de Egea y no quisieron perderse el choque, al estar su residencia cerca. Magunazelaia juega en el Lorca, de Tercera. Peña milita en el Goa de la Liga india, aunque tiene a la familia en Lorca. Los dos exazules, marcados por su pasado, estuvieron entre los más de cien oviedistas que saborearon una victoria especial: la del segundo debut de Egea.