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El ejemplo del 79

El Oviedo del primer ascenso a Segunda se encontraba, como ahora, a tres puntos del objetivo a falta de cinco jornadas | "Ganar los últimos cinco partidos tuvo un mérito enorme", indica José María, técnico de los azules junto a Diestro en aquel éxito

Celebración del ascenso del Oviedo a Segunda en 1979. LNE

Del ascenso. El futbolista del Langreo echó un cable a los azules en la última jornada de aquella campaña 1978-79, la primera del Oviedo en Segunda B, para que salieran las cuentas. "De Atilano se acuerda todo el mundo, pero ¿quién marcó el gol del Oviedo en ese último partido? Sin ese tanto de Herbera no hubiera habido ascenso". El argumento es de José María García Lavilla, quien asumió el cargo de entrenador del Oviedo junto a Diestro tras la destitución de Lalo. Su reflexión tiene sentido: aquel Oviedo estaba a tres puntos del ascenso a falta de cinco jornadas para el final. Ganó los 5 últimos choques ligueros y logró regresar a Segunda. Si el Oviedo de Egea, a tres puntos del play-off a falta de cinco jornadas, busca inspiración en la historia del club, el referente del 79 parece un buen ejemplo a seguir.

Los azules encaran la recta final con la incertidumbre que da la clasificación y la certeza de que el equipo dejará hasta la última gota de sudor. El partido ante el Granada supone un buen resumen del año: los de Egea estaban siendo superados en una gris segunda parte, pero el equipo no dejó de creer. Ibrahima acertó en el minuto 87 y la reacción se prolongó hasta un final de locura que pudo dejar los tres puntos en el Tartiere. Al equipo actual y al del 79 les une esa fe inquebrantable.

Y eso que por entonces no era sencillo competir con la camiseta del Oviedo. "La presión era tremenda. Había que ascender sí o sí, solo valía ganar cada domingo", recuerda José María. Lalo había empezado la temporada como entrenador, con José María como segundo. El trabajo del día a día no terminaba de traducirse en los resultados deseados y la directiva optó por un relevo en el banquillo. A partir de las 18.ª jornada, se hicieron cargo del equipo el propio José María junto a Diestro, un tándem con una idea fija: mantener la línea de trabajo. "La labor de Lalo había sido excelente, lo que pasa que los resultados no terminaban de llegar. Por eso se dio el cambio. Pero una parte enorme de aquel ascenso hay que apuntársela a Lalo", explica el exjugador y exentrenador azul. Ni el 4-3-3 habitual con el anterior entrenador ni las buenas costumbres se cambiaron. Al principio, la labor fue más psicológica que futbolística. "Había cierta preocupación y algo de nerviosismo. No recibíamos muchos comentarios positivos hacia al equipo. Al principio tuvimos que resolver esos asuntos", relata José María.

El equipo, en el ojo del huracán, afrontó las cinco últimas jornadas en busca de una carambola. En la 33.ª fecha era tercero (subían los dos primeros), a cinco puntos del Mirandés, líder, y a tres del Palencia. La victoria entonces se premiaba con dos puntos. Pero el Oviedo no dudó e hizo pleno en un sprint sobresaliente. "Tuvo un mérito enorme lo que logró aquel equipo. No es nada sencillo ganar cinco partidos seguidos con la presión que había", ensalza José María. Los azules se impusieron a Sestao (1-0), Lugo (1-3), Pontevedra (2-0), Ourense (0-1) y Pegaso (1-0).

Ahora, el Oviedo de Egea necesita un ritmo similar para mantener vivo el sueño del ascenso. El recuerdo del 79 es una buena senda para repetir. Málaga espera como primera parada.

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