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Análisis

El peor Oviedo en catorce años: el inicio de 2021 es el más flojo desde 2007

La endeblez del equipo y un mercado de invierno que no aporta, los factores que preocupan al club en un mes clave para la continuidad de Ziganda

Ziganda, en primer término, con el preparador físico Alberto Martínez, a la derecha, y Edgar, Nieto y Nahuel al fondo, ayer en El Requexón. | Miki López

La mala racha que el Oviedo lleva desde que comenzó 2021 ha encendido las alarmas en el oviedismo a falta de nueve partidos para concluir la temporada. El equipo azul, acostumbrado a vivir sin frío ni calor en la zona media esta temporada, no acaba de poner fin a la mala dinámica de resultados en la que se encuentra y que le ha llevado a enlazar seis jornadas sin ganar. La derrota en Castellón (1-0) ha abierto la caja de los truenos pese a que el equipo azul tiene un importante colchón sobre el descenso. Pero el problema carbayón ya no solo es una cuestión de números: es una cuestión de sensaciones.

Un 2021 para olvidar

El Oviedo comenzó el año con un empate ante el Mallorca (2-2) que casi supo a victoria: los azules igualaron un 0-2 ante uno de los conjuntos más potentes de la categoría. Fue un empate de fe y garra que invitaba al optimismo. Tres meses después, las señales positivas que emitía el Oviedo se han esfumado. En 2021, el conjunto del Cuco solo ha ganado dos partidos de 14 disputados. En total, ha obtenido 14 puntos de 42 posibles. El 33% del total. Un bagaje de equipo candidato al descenso y que además en el caso del Oviedo va para récord. El presente arranque de año es el peor de los azules desde la temporada 2006-2007, hace catorce años. Nunca el Oviedo en las campañas recientes hasta ese infausto año 2007 –descenso a Tercera División– había sumado menos. Ni siquiera la pasada campaña, la peor en esta presente etapa en Segunda División: a estas alturas el conjunto azul había obtenido cuatro victorias y sumado 17 puntos.

Un equipo endeble

El Castellón no necesitó ni un solo tiro a puerta para vencer al Oviedo. La estadística hace daños a los azules: 16 remates totales (2 de ellos a puerta), por 2 del Castellón, que ni probó a Femenías. Paradójicamente, el arranque de partido del Oviedo fue de lo mejor del año. Leschuk, renacido tras su tanto ante el Alcorcón, pudo meter dos goles en los primeros diez minutos y el dominio fue total prácticamente en todo el primer tiempo. Luego la intensidad bajó, y al primer soplido, una falta lateral, llegó el 1-0 en propia de Arribas. Es ese factor intangible, la endeblez, lo que más preocupa en el vestuario y en el club cuando quedan nueve partidos en juego y cada error se paga.

El mercado de invierno no aporta

Borja Valle fue el único fichaje que Arnau cerró en invierno. Su llegada era, según se repitió en El Requexón, una incorporación diferencial para darle un plus de calidad al ataque azul. El resultado es que Borja Valle no se asienta con Ziganda (tampoco cuenta con muchos minutos para hacerlo) y ni siquiera aporta en su posición. La prueba es que ante el Castellón acabó el partido de mediocentro. No es un lugar del todo desconocido para él, ya que en el Dépor jugó varias veces en la medular, pero en ningún caso es en la posición en la que Arnau pensaba cuando le firmó con un importante desembolso económico. Valle salió en Castellón sustituyendo a Borja Sánchez, un cambio que ya no extraña: el ovetense es el futbolista más sustituido de la plantilla del Oviedo.

Abril, un mes de exámenes con renovaciones pendientes

El Oviedo es un club que en los últimos tiempos acostumbra a vivir al día. Era marzo de 2020 cuando Arnau congeló todas las renovaciones de los jugadores a la espera de conseguir la salvación. La situación actual es diferente a la de entonces, aunque hay alguna similitud. Difiere en el caso de los futbolistas, porque las renovaciones que están en marcha no se congelan como entonces. Pero respecto al entrenador hay matices. El Cuco finaliza contrato en junio y varias voces del club se mostraron en los últimos meses claramente a favor de su renovación. Especialmente el consejo azul, partidario de darle al Cuco un proyecto a largo plazo. México, en principio, no veía con malos ojos la ampliación, aunque prefirió esperar a que la temporada estuviese en una fase más decisiva. Lo mismo opinaba Arnau. Hoy y ahora, la delicada situación deportiva, inesperada en todos los estamentos, deja el asunto en un impasse de espera. El Cuco tiene muchos defensores en el club, pero en la entidad tampoco se oculta que un mal final pondría difícil su continuidad. De momento, el club azul se esfuerza en mandar mensajes de unidad de cara a los 9 partidos que quedan en juego hasta finalizar la temporada. El vestuario, por su parte, huye de hundirse y caer en derrotismos innecesarios. “Caerse está permitido, levantarse es obligatorio”, escribió ayer Juanjo Nieto.

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