El Oviedo se encoge: así ha pasado el equipo azul de optar al ascenso a luchar por abajo

Entonces, con su reposo habitual, el presidente en funciones hizo balance mirando hacia la temporada anterior, con el miedo del descenso aun presente en el cuerpo. “Todavía estoy temblando con lo que pasó. Quizás por eso no noto el mismo nivel de exigencia en la afición que otros años”, dijo en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA. Si la exigencia ha bajado, las prestaciones del equipo también.

Nadie duda que lo primero va estrechamente relacionado con lo segundo. En el Oviedo no se da por finiquitada la permanencia. El mensaje oficial para evitar la relajación es que no se ha conseguido nada, pero de puertas hacia adentro ya se piensa en el futuro y se hace balance echando la vista hacia atrás.

Se retroceden exactamente seis años, cuando el Oviedo volvió a desembarcar en Segunda División después de trece años en el barro. El sueño era comerse el mundo y ascender. Y es la línea de vida del Oviedo desde entonces la que más preocupa en el club y también sorprende en México. La pregunta que se hacen es la siguiente, aquí y al otro lado del charco: ¿Qué ha pasado para que el Oviedo pase de luchar por el ascenso a ver de cerca la pesadilla de la Segunda B?

Los diagnósticos cambian según la ventanilla, pero sobre lo visto este año hay la opinión unánime de que el equipo no ha logrado tener la continuidad necesaria en una categoría tan competitiva como Segunda División. El problema viene a largo plazo: todavía no se encuentra explicación al decrecimiento que vive el Oviedo.

En seis años ha habido seis entrenadores de todos los perfiles: con y sin experiencia en la categoría, jóvenes y veteranos e incluso una segunda aventura, la de Sergio Egea. En el mismo tiempo, el Oviedo tuvo cuatro directores deportivos y dos directores generales, pero el sueño del ascenso se ha ido evaporando con los años. El tímido crecimiento registrado en los tres primeros años ha caído. En la 2015-1016, el Oviedo acabó noveno con 59 puntos tras rondar la zona noble todo el año. Al siguiente, subió un puesto y se quedó con 61 puntos, a solo dos del play-off. Un año después, otro pequeño empujón: séptimo con 65 puntos, una marca de play-off que únicamente truncó el goal-average. No hubo promoción de ascenso por un gol.

Hasta ahí llega la flecha hacia arriba del Oviedo. En la temporada 2018-2019, un leve bajón respecto al año anterior: octavo con 63 puntos, pero en ningún caso sufrimiento. De hecho, en cuatro temporadas el Oviedo solo estuvo en descenso en una anecdótica jornada en la temporada de Fernando Hierro.

Todo lo que sucedió después ha sido negativo para los intereses del Oviedo. Van más de dos años sin catar play-off. Una temporada infernal, la pasada, con el agua al cuello casi todo el año, tres técnicos, dos directores deportivos y dos directores generales.

El club tomó nota el verano pasado, pero ahora se apunta a que los agobios no parecieron en ningún caso un accidente. Porque en esta campaña, con las cuentas al rojo por culpa del covid, los números son más parecidos a los del curso pasado que a los cuatro anteriores.

En esta campaña, como mucho. el Oviedo llegó al 11.º puesto. En la anterior fue el 14.º. La plantilla puso el foco en el play-off tras una buena racha en la primera vuelta, pero la realidad de la tabla volvió a apuntar hacia la permanencia. Ese objetivo, el de la salvación, está casi conseguido a falta de cuatro jornadas. Poco alivio, pero alivio al fin y al cabo, dicen desde el club azul, donde están pendientes del desenlace del curso para reiniciar la reconstrucción.