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La fe lleva a play-offs: el Oviedo remonta en Alcorcón (1-2)

Diez minutos de orgullo le sirven al equipo azul para remontar el partido en Santo Domingo y lograr un triunfo esencial en sus aspiraciones para la promoción de ascenso

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EN IMÁGENES: El Oviedo remonta en Alcorcón

El Oviedo ha ido cultivando durante la temporada la valiosa virtud de ganar por poco. De manejarse de maravilla en los resultados cortos, de rascar un centímetro en la foto finish. Si existieran las victorias por decimales, los azules tendrían unas cuantas.  Y eso refuerza la moral, cohesiona al grupo. Le hace creer. Eso, una victoria de fe, es lo que logró el Oviedo en Alcorcón (1-2). Imposible explicar desde el sosegado análisis futbolístico. Un triunfo que solo tiene sentido desde el terreno de los sentimientos. De lo emocional. Los azules se vieron sorprendidos con la puesta en escena de un descendido, se encontraron fuera después, cuando se adelantaron los locales, detectaron un claro con la roja a Zarfino y se agarraron entonces a un milagro. Un milagro fabricado desde el banquillo, goles de los refrescos Matheus y Rama, y que tiene un olor intenso a play-off de ascenso.

1
Alcorcón
2
Real Oviedo
1-0, min. 64: Rivas. 1-1, min. 81: Matheus. 1-2, min. 90: Rama.
Alcorcón
Rivero (1);
V. García (1), Rivas (2), David Fernández (2), Laure (1);
Olabe (1), Zarfino (1), José Ángel (1), Arribas (1);
Borja Valle (1), Xisco (1).
Cambios

Valencia (1) por Arribas, min. 57.
Apeh(1) por Xisco, min. 76.
Fornies (1) por Laure, Moyano (1) por Borja Valle y Gorosito (1) por José Angel, min. 83.

Real Oviedo
Femenías (1);
Isaac (1), Tarín (1), Calvo (2), Cornud (2);
Luismi (1), Jimmy (1);
Viti (1). Mier (1), Borja Sánchez (2);
Bastón (1).
Cambios

Matheus (2) por Mier y Montiel (3) por Viti, min. 57.
Rama (2) por Jimmy y Pombo (1) por Borja Sánchez, min. 75.

Árbitro: Ais Reig (comité valenciano). Expulsó a Zarfino por doble amarilla, min. 79. Amonestó al local Laure y al visitante Luismi.
Santo Domingo. Unos 2.000 espectadores en la grada, con cerca de un millar de oviedistas.

De primeras, una mala noticia. Se conoció una hora antes de empezar el choque: Gastón Brugman era baja por molestias. Un golpe directo a la creatividad del equipo. Sin el charrúa, el Oviedo pierde al que diseña accesos donde otros solo ven callejones sin salida. En un equipo que suele atorarse ante la acumulación de defensas rivales, Brugman es el mejor antídoto.

Optó Ziganda por Jimmy en la medular, con el 4-2-3-1 más habitual en la versión viajera. Con Tarín manteniendo el puesto e Isaac relevando a Lucas en la derecha. El equipo pareció dispuesto para la batalla pero se vio sorprendido por un Alcorcón con picante. Liberado de ataduras clasificatorias, el equipo alfarero salió valiente, decidido. Sin nada que perder.

Xisco, curtido en mil batallas, dio los dos primeros avisos. Y el Oviedo entendió entonces, minuto 10, que para seguir sonriendo debía ponerse el mono de trabajo. Nada que no haya sido habitual durante el curso. Aquí todo cuesta un mundo. Respondió batallando cada disputa y entregando la pelota rápido a la izquierda, la zona de las buenas noticias. Allí donde Cornud y Borja, como en El Molinón, juegan su partido particular de toques sutiles y movimientos gráciles.

A los 16 minutos, los dos se guisaron una jugada preciosa que terminó en centro al área, hábitat de Bastón. Al delantero le faltaron un par de tallas de pie para alcanzar el remate. El Oviedo respondía con coraza y los ataques de inspiración en la izquierda, pero ya por entonces se echaba en falta el tacto de Brugman en la elaboración.

Se reservaba el equipo del Cuco otro recurso productivo en este curso, el balón parado. Atrás, Calvo detuvo cada intento local desde su torre. Adelante, Cornud centraba sobre los movimientos programados desde el laboratorio de Ziganda. A los 23, premio. Mier tocó el servicio del galo y el balón se fue a la red. El asistente levantó el banderín y el VAR ratificó la posición adelantada.

Sirvió el lance para comprobar que el partido pendía de un hilo, que se definiría por cuestión de detalles. Lo había advertido Ziganda pero quedaba descartado un agradable paseo a costa de un descendido. En Segunda, nadie regala nada. Ni siquiera los ya enterrados. Al Oviedo le costó adaptarse a la intensidad inicial del Alcorcón.

Se igualaron las fuerzas en el último tramo de la primera mitad, con la estrategia dando fuelle. Xisco definió arriba ante Femenías en la más clara de los locales y luego cabeceó al lateral de la red tras un córner. La última fue azul, en una contra diseñada por Borja, ejecutada por Isaac y prolongada por Bastón que Mier definió desviado.

Salió el segundo tiempo por los mismos derroteros, así que trató el Cuco de activar el plan B.: Matheus y Montiel al verde. Y cuando el Oviedo trataba de acomodarse a jugar también por la derecha, donde se acostó Montiel, llegó el mazazo. Fue en un córner, minuto 64, en el que a los azules les faltó la contundencia que estaban mostrando hasta entonces. Luismi tocó hacia atrás y el local Rivas definió. Un tanto con historia: El autor es hijo del ilustre exfutbolista azul y actual director de la cantera.

El gol desnortó al Oviedo, groggy sobre la lona. Pudo llegar el segundo pero ni Olabe ni Valencia acertaron en remates francos en el área. Así que, a la vista del panorama, Ziganda le dio otra vuelta de tuerca: Pombo y Rama en escena.

Zarfino, en un exceso de ímpetu, dejó al Alcor con diez y al Oviedo se le abrió un camino. Fue el que exploró Matheus para empatar, casi de inmediato, con una jugada personal que acabó con zurdazo a la red. Ahí ya reinó la locura. En la grada, espoleados los azules por mil camisetas carbayonas, y sacudido el choque por los sentimientos antes que las tácticas.

El éxtasis se alcanzó a los 90 minutos. Montiel fabricó una jugada de la nada, cedió a Bastón y este picó para la entrada de Rama, excelente desde su irrupción en el partido, igual que Montiel. El gallego definió ante el meta rival y el oviedismo estalló. Explotó Rama, y sus compañeros, y el banquillo, y la grada teñida de azul. La fe de este equipo le empuja al destino más esperado, el play-off de ascenso. 

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