"Ganar al Eibar", como hace 12 años: el espíritu de Pacheta para un choque con aroma a final

El técnico hizo famosa la coletilla en 2011, en una cita con una trascendencia similar a la de hoy

Xavi Moré y Espín pelean por la pelota en el Oviedo-Eibar de 2011. En el círculo, Pacheta el día de su estreno ante el equipo vasco. | |

Xavi Moré y Espín pelean por la pelota en el Oviedo-Eibar de 2011. En el círculo, Pacheta el día de su estreno ante el equipo vasco. | | / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

El fichaje de José Rojo Pacheta, allá por la accidentada campaña 2010/11, fue un soplo de aire fresco. Porque, a pesar de su escasa experiencia en los banquillos, aterrizó en el Tartiere con energía renovada y mensajes concisos con los que no tardaron en conectar plantilla y seguidores. Pacheta, hoy entrenador del Valladolid y que tiene dos ascensos a Primera en su currículum, se estrenó en el banquillo del Oviedo ante el Eibar, el mismo rival de esta noche, en una situación de apuro, como ahora, aunque en Segunda B. Los azules recibieron el 20 de febrero de 2011 al conjunto armero en el Tartiere y el entrenador se encargó de asegurar el elemento motivacional. "Ganar al Eibar", repitió una docena de veces en su intervención ante los medios la semana de su estreno. Y la frase se convirtió en un lema.

Irma Collín

Irma Collín / Nacho Azparren

Aquel "ganar al Eibar" llevaba el sello de Pacheta y venía con una filosofía incorporada. Se trataba de fijar el objetivo en el siguiente rival, más concretamente en derrotar el siguiente rival. Aún no había llegado el Cholo con su repetitivo "partido a partido" pero el entrenador azul había dado con la tecla. Fútbol que mira al presente.

Y funcionó aquella activación con el grupo. El Oviedo salió centrado en "ganar al Eibar" y lo logró. El conjunto armero era segundo y los azules igualaban en puntos a los conjuntos que debían descender. Se impuso el Oviedo con 2-1 (anotaron Xavi Moré y Perona, este de penalti) en una primera parte que mostró a un equipo decidido, fuerte y dominador en el cuerpo a cuerpo.

Fue un contraste interesante con la versión timorata que hasta entonces había deambulado por el campeonato sin que ni Pichi Lucas ni José Manuel Martínez lograran enderezar el rumbo. Se temía incluso que la crisis (a la deportiva se unía la social, con una oposición palpable contra el máximo accionista, Alberto González) pudiera acabar con el equipo en Tercera División. Sí hizo despegar al Oviedo Pacheta, salvador de una temporada llena de accidentes, y la recuperación partió de ese primer paso, una zancada imponente, que quedó marcada por una frase sencilla y directa, en realidad como el fútbol que proponía el entrenador: "Ganar al Eibar".

Ahora, la situación tiene una similitud con aquella. Ha cambiado el escenario, es Segunda División, pero las posiciones sí se pueden comparar. El Eibar es el líder, el rival con más empaque del campeonato. Tiene nombres, pero destaca sobre todo por su funcionamiento gremial, que cuenta con la mano de su técnico Garitano. Aspira a cerrar un ascenso que la temporada pasada se le escurrió de entre los dedos de la forma más cruel: con un gol del descendido Alcorcón en el minuto 90 que le sacó de subir directamente y le llevó a un play-off en el que nunca pareció centrado tras el varapalo de Santo Domingo.

El Oviedo vuelve a navegar en una posición de peligro. Con el precipicio a cinco puntos, una distancia interesante pero ante la que nadie se puede relajar. Y, como hace doce años, se ampara en el partido a partido para tratar de fijar el foco y evitar el desastre.

Nadie duda a estas alturas de que el objetivo de la temporada es la permanencia. Así lo ha reconocido cada eslabón del club. Pero, salvo algún cálculo suelto (como Cervera fijando la meta de los 50 puntos), el discurso se dirige hacia el próximo rival. Este, en la fecha señalada del aniversario, y con una orden en la cabeza que recuerda a una época pasada: "Ganar al Eibar".

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