Por qué el Oviedo quiere soñar: análisis del momento del conjunto azul

El equipo azul marcha a ritmo de ascenso directo, es ofensivo sin descuidar la defensa y se esfuerza en mejorar arriba, la asignatura pendiente

Camarasa y Cazorla

Camarasa y Cazorla

Carrión, ya con las pulsaciones bajas después de la victoria, otra, al calor del Tartiere, lo dijo así: "Este partido era el más importante desde que llegué a Oviedo". Porque el encuentro ante el Alcorcón, de los de abajo, tenía su aquel. No era un domingo más. El equipo azul lo afrontaba después de un empate ante el Amorebieta que no dejó contento a nadie en el bando azul. Es más, durante la semana hubo esfuerzos para concienciar a la plantilla de que no había sido suficiente. Porque si algo está intentando Carrión desde su llegada, dicen en el club, es cambiar la mentalidad azul. En el Oviedo ya no vale con empatar porque el objetivo sigue siendo pelear por el ascenso.

Se pretende huir del conformismo, más aún con el equipo a mitad de tabla, muy alejado de los puestos de arriba. Por eso, vista la tendencia, la situación azul es clara: el Oviedo quiere empezar la escalada. Y la misión parece posible visto la remontada del equipo, que en el último mes baila a ritmo de ascenso directo, siendo el segundo mejor en los últimos seis encuentros, momento en el cual el conjunto azul rompió la pésima racha del inicio de Liga. Desde el encuentro ante el Eldense, solo el Eibar suma más que el Oviedo. Hay factores para agarrarse al optimismo. También situaciones que mejorar.

Los datos positivos. El Oviedo, mérito indiscutible de Carrión, ha cambiado radicalmente de estilo en un tiempo récord. El equipo es reconocible. Ha pasado de despreciar la posesión a jugar en base a ella. "Sabemos a lo que jugamos", repiten en la entidad. En los últimos encuentros, el equipo tiene de media el 61% de la posesión. Solo le supera el Andorra, prueba de la apuesta por el centro del campo y el control. Con Cervera, el mismo baremo estaba en el 42%. Además, el Oviedo ha logrado no desesperarse ante rivales que salen atrás, conocedores del nuevo estilo. Sucedió ante el Huesca del Cuco y ante el Alcorcón. La apuesta por la pelota acabó teniendo premio. Perdiendo, la idea de Carrión sería probablemente la misma, pero la confianza crece con los resultados. La defensa, con esta propuesta, no se está viendo mermada. El Oviedo es el segundo equipo menos goleado y lleva ya cinco partidos seguidos sin encajar un gol, un registro que no se lograba desde el ascenso. La solidez, parece, no está reñida con el buen juego de balón.

El club intenta que la plantilla no caiga en el conformismo tras los buenos resultados

A mejorar: falta algo de colmillo. El Oviedo está viendo puerta con facilidad, pero paradójicamente la línea ofensiva parece la más endeble. El Oviedo destaca por tirar poco a puerta y no tiene buenos registros en la finalización. Por ahí intenta Carrión la mejoría. En los últimos partidos, resultado al margen, los análisis del club apuntan a falta de profundidad. El Oviedo, además, ha tenido lesiones importantes en sus hombres de ataque que han condicionado el juego, como Paulino y Alemão. El brasileño, ya de vuelta, es la gran esperanza. "En Segunda todo el tiempo hay que estar chocando y hay que estar fuertes para aguantar los partidos. Mi condición física me ayuda bastante a este tipo de juego, para pelear con los centrales todos los balones. Estoy acostumbrado", dijo ayer el ariete.

El factor Cazorla, dentro y fuera. Carrión está sabiendo exprimir al mago de El Requexón. Desde su llegada se abrazó al "8" y lo utiliza dentro y fuera del campo. Y parece que funciona. Cazorla está destacando como desatascador en las segundas partes, pero también en las primeras, como se demostró ante el Alcorcón. Es el futbolista con más pases largos de la categoría –8 por partidos–, solo superado en el fútbol profesional por Andrés Guardado, del Betis. Carrión ha logrado enchufar al canterano en un centro del campo que ante la baja de Luismi opta todavía más por el control del balón.

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