El plan para la reacción del Oviedo mira hacia la enfermería: pendientes de Paulino y Viti

Dani Calvo es baja segura por sanción ante el Espanyol y Oier Luengo tendrá una nueva oportunidad en la zaga

El primer entrenamiento de Carrión con el Real Oviedo

El primer entrenamiento de Carrión con el Real Oviedo / Irma Collín / IRMA COLLIN

Nacho Azparren

Nacho Azparren

El plan de recuperación inmediata del Oviedo tiene en el Espanyol las miras fijas prácticamente desde que el árbitro señaló el decepcionante final en Anduva. Quiere el equipo de Carrión recuperar el paso perdido y qué mejor que un rival de enjundia para volver a creer. Se trata de hacer lo mismo que ante Eibar, al fin y al cabo. Pero esas intenciones por reencontrar las buenas sensaciones tienen la vista dividida entre planificar el choque y lo que dictamine la enfermería. Carrión tendrá que hacer cambios, pero quizás más de los que esperaba.

Porque hay uno seguro, el del centro de la zaga. Dani Calvo vio en Anduva la quinta amarilla y es baja para el choque ante uno de los ataques más afilados de la Segunda División, el que congrega a los Braithwaite, Puado, Pere Milla y compañía. Parece claro que Oier Luengo tendrá una nueva oportunidad de demostrar que siempre está listo cuando la ocasión lo requiere. Recuperado de la lesión que le mantuvo dos semanas al margen del grupo, concentrado ya de nuevo en sus labores como central tras la recuperación de Lucas, el vasco formará con David Costas para tratar de mantener a raya a la vanguardia catalana.

Asumida la baja de Calvo, que duele pero se confía en la profesionalidad de Luengo, ahora el temor llega en los extremos. Dos hombres de banda cayeron sobre el césped de Anduva y tuvieron que ser sustituidos. Paulino lo hizo al comienzo del segundo acto, por "un punto en el gemelo", según explicó Carrión en la sala de prensa y Viti lo hizo después por problemas "en el isquio", según valoró el propio técnico. En ambos casos, serán los servicios médicos los que dictaminen si hay lesión o solo se trata de un susto.

Ayer ninguno de los dos trabajó junto al resto de compañeros en la primera sesión de la semana en El Requexón, en una sucesión de entrenamientos que incluye trabajo sin descanso hasta el choque copero del próximo martes ante el Castellón.

Así las cosas, Carrión puede verse obligado a activar su plan B. Sebas Moyano parece el elegido por si no llegan los extremos. Pero podría necesitar el entrenador otro efectivo. Ahí es donde Romario Ibarra oposita a colarse en el once, siempre que no haya un cambio de sistema o se prefiera reubicar otros futbolistas.

Cazorla sigue al margen. Esas son las preocupaciones de Carrión durante la semana, pero también hay esperanzas en contar con alguna novedad desde la enfermería. En Anduva, los azules solo tenían cuatro bajas, una cifra inusualmente baja esta temporada. Junto a los tres que se recuperan de la rotura del cruzado (Rodri Tarín, Álex Millán y Mario Hernández) fue baja un Santi Cazorla que ayer tampoco trabajo en el regreso al trabajo.

Sin embargo, se mantiene el optimismo con que pueda estar ante el Espanyol. Al menos así lo expresó Carrión al término de la semana pasada de entrenamientos, cuando explicó que lo de Cazorla no era una lesión seria y que si no estaba en Anduva (como finalmente sucedió) sí pretendía contar con él frente al Espanyol. Su participación en el choque dependerá de si puede ir integrándose en el trabajo junto al resto del grupo.

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