Más motivos para creer en el Oviedo: el regreso de una pieza imprescindible para los entrenadores

Luismi deja atrás su lesión y ofrece buenas sensaciones en su vuelta al once del equipo azul tres meses después

Luismi celebra un gol en Butarque abrazado por Borja Bastón. | Área 11

Luismi celebra un gol en Butarque abrazado por Borja Bastón. | Área 11 / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

"Buscaba piernas", explicó de forma concisa Luis Carrión la decisión de darle la responsabilidad a Luismi en lugar de a Jimmy, titular en los últimos tiempos, en la labor de balanza de este Oviedo tan tendente a mirar hacia arriba. Y Luismi respondió ante el Levante con un partido marca de la casa, una de esas actuaciones que es más valorada por los entrenadores y analistas del juego que por el aficionado medio. Dueño de las pequeñas cosas, hay dos datos que hablan del estilo tan característico del pivote: fue el segundo jugador azul que más pases falló (10, solo superado por los 12 de Luengo) y el que más pelotas recuperó (7, empatado con Masca).

Con todo, es esa labor oscura que no está tan a la luz de las estadísticas la que reluce en el caso del hombre del casco, un futbolista que ha sido indiscutible para cada entrenador que ha pasado por el Oviedo. Siempre que la salud le ha acompañado, claro.

La puesta en escena desde el inicio puso fin a tres largos meses sin Luismi en el once inicial del Oviedo. La última vez antes del choque ante el Levante había sido en el duelo frente al Espanyol en el Tartiere del pasado 1 de diciembre. En aquella ocasión, Luismi formó en el doble pivote junto a Colombatto, aunque la lesión de David Costas en el minuto 41 le hizo retrasar su posición a la zaga. Fue ya en la segunda mitad, en un sprint al que le exigió el ataque perico, cuando Luismi cayó al suelo lesionado.

Algunos días después de la cita, el Oviedo comunicó qué tenía el sevillano: "Lesión muscular en el cuádriceps derecho, que le mantendrá al margen de la dinámica de entrenamientos, y pendiente de evolución". Con el descanso navideño ya a mano, se convino que lo mejor era esperar y que volviera con fuerza para el nuevo año para afrontar los duros retos que este traería.

Pero cruzar a 2024 tampoco le trajo salud a Luismi, que cayó lesionado en El Requexón en la misma zona. El 8 de enero, el club informó del nuevo infortunio en el cuádriceps. Tocaba volver a empezar.

Y ha tardado algo más de la cuenta en tener protagonismo en el Oviedo. En parte, porque se quería evitar cualquier tipo de riesgo, pero también porque las actuaciones de Jimmy en su ausencia fueron más que convincentes. Entre medias, además, hubo un amago de salida. El Juárez, de la máxima categoría mexicana, llamó a la puerta del pivote para tratar de llevárselo a México. Ofrecía 300.000 euros por su traspaso, pero Jesús Martínez, el dueño del Oviedo, se negó a dejarle salir así como así. Sí lo hubiera vendido por una cantidad sensiblemente superior, pero el club azteca se quedó en su primera propuesta y Carrión respiró aliviado.

Porque el entrenador era el principal avalista de la continuidad del sevillano. "Es vital para nosotros y lleva un tiempo siendo importante en el club. Sería muy importante que se quedara", explicó, claro, el técnico azul.

Ahora, Luismi, ya recuperado, está llamado a ser importante en las trece finales que le restan al Real Oviedo.

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