La “zona Aragonés” exige un esfuerzo extra: los cálculos azules para aspirar al play-off

La competición entra en las diez últimas jornadas, asumido el varapalo de Alcorcón y con el Oviedo peleando por la zona noble

Leo Román detiene un balón en el choque de Santo Domingo | Área 11

Leo Román detiene un balón en el choque de Santo Domingo | Área 11 / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Entra el Oviedo en la "zona Aragonés", ese momento del calendario que el Sabio siempre citaba como el momento en el que todo se decide, con sensaciones encontradas. El análisis más inmediato obliga a echar la vista a Santo Domingo, donde al equipo le faltó fútbol y suerte y sufrió un tropiezo que no entraba en los planes. Pero un análisis con más perspectiva dirá que el conjunto de Carrión entra en la recta final con sus opciones de ascenso intactas. Algo con lo que no se soñaba cuando, allá por la sexta jornada, el club se vio obligado a despedir a Cervera por los pésimos resultados del equipo en el arranque. El Oviedo encara las diez últimas fechas con el propósito inmediato de recuperarse tras el bofetón de Santo Domingo y pelear hasta el final por su sueño.

Insistía Luis Aragonés con la misma idea en su etapa en los banquillos de media Liga española, también en el del Oviedo, uno de los que, como él reconoció en varias ocasiones, le marcó: todo se decide en las últimas diez jornadas. La clave es no llegar descolgado a la parte caliente del calendario. Y rezar porque la mejor versión del curso luzca al final de campeonato.

La derrota en Alcorcón supuso un duro traspiés para los intereses azules que, uniendo ese tropiezo al empate de la semana anterior en casa ante el Racing de Santander, deja el saldo en un punto de seis en los últimos quince días, cuando parecía que podía dar ese salto pendiente con la zona VIP.

Pero el Oviedo mantiene intactas sus esperanzas, aunque deberá afinar su momento para lograr recortar con los equipos en la pelea por el play-off. Todo empieza por el choque del domingo ante el Villarreal B, y la plantilla no levanta la vista más allá de esta cita. Ganar el filial en el día de celebración del aniversario permitiría mirar a la tabla con otros ojos.

En realidad, todos los choques en el Tartiere son los mejores aliados en la persecución del play-off de ascenso. Tras recibir al Villarreal B, el Oviedo deberá enfrentarse en su feudo a Mirandés, Tenerife, Zaragoza y Andorra. Ninguno de ellos, rivales de la zona noble de la tabla.

Deberá el Oviedo mantener el ritmo que acostumbra en casa y sumar la mayor parte de los puntos. Pero no le valdrá solo con eso: la mejora más evidente, la que le daría el éxito soñado, está en los choques a domicilio.

Fuera, el calendario se complica. Al menos a priori, ya que la Segunda División está acostumbrada a tirar a la basura cualquier pronóstico. Fuera, el Oviedo debe viajar a Elche la semana que viene. Se enfrenta al equipo más en forma del campeonato. Después, jugará en los feudos de Cartagena y Huesca, dos conjuntos que tienen encarrilada su salvación.

Lo más duro llega al final. En la antepenúltima jornada, los de Carrión visitan al Espanyol que, aunque vaya por su tercer entrenador del curso, sigue peleando con los mejores. La temporada la cerrará el Oviedo en Ipurúa, ante un Eibar que lleva casi toda la temporada navegando en la zona de play-off. Los planes son tan sencillos de explicar como complicados de llevar a la práctica: sumar la mayoría de puntos en liza al amparo del Tartiere y tratar de rascar lo que se pueda lejos de Asturias.

En todos estos cálculos no piensa el Oviedo, o al menos eso se mantiene desde la caseta. Se sigue con el discurso de partido a partido y los focos, nada más terminar el choque ante el Alcorcón, se centran en el Villarreal B, que llega en una crisis evidente de resultados: cuatro derrotas consecutivas y seis jornadas sin conocer la victoria. La salvación empieza a ponerse cara para el filial del conjunto amarillo.

Pero no se fía el Oviedo que ve ahora la oportunidad perfecta para arreglar su error de Santo Domingo. La mentalidad del vestuario pasa solo el filial amarillo. Pero saben los futbolistas que la "zona Aragonés" exige un esfuerzo extra.

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