Habla el primer suplente de Lunin: "En Oviedo no existían los días libres para él; se entrenaba a ‘full’"

"Leo Román es un porterazo y lo está demostrando esta temporada; cuando lo ficharon, me decían que era espectacular"

Champagne, durante un entrenamiento. | Club Almagro

Champagne, durante un entrenamiento. | Club Almagro / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

A sus 39 años, Nereo Champagne (Salto, Buenos Aires, 1985) ni se plantea la retirada. "¡Sigo haciendo lo que más me gusta!", se justifica desde Argentina, al otro lado del teléfono, Juega en el Club Almagro, en la segunda categoría argentina, donde tiene contrato hasta diciembre.

Nereo Champagne, en  El Requexón. | L. Caraduje

Nereo Champagne, en El Requexón. | L. Caraduje / Nacho Azparren

Desde su país, Nereo asiste con alegría a dos acontecimientos. La primera, la ilusionante temporada del Real Oviedo, donde militó entre 2018 y 2020. La segunda, el salto al estrellato de Andreiy Lunin, el que fuera su compañero en Oviedo en aquellos meses en plena pandemia. El fichaje de Lunin sacó a Champagne del once, para de paso convertirle en el primer suplente del ucraniano. Se lo toma con deportividad, mientras vaticina una carrera llena de éxitos.

–¿Cómo le va por Argentina?

–Muy bien, haciendo lo que más me gusta. Sigo disfrutando y de momento no me veo fecha de caducidad.

–Habrá visto desde allí lo de Lunin en el Etihad.

–Fue impresionante. Intuía que contaba con grandes condiciones y que en el momento en el que pudiera mostrarlas se confirmaría como un gran portero.

–¿Qué recuerdo tiene del ucraniano?

–Lo primero que me viene a la mente es que era un gran profesional. Se le veía, y lo demostró desde el primer día. Era de los que llegaba una hora antes que el resto y se iba una hora después. Invertía mucho tiempo en prepararse.

–¿Había buen rollo entre los porteros?

–Sí, claro. Formamos un buen grupo entre los dos y Alfonso Herrero. Siempre nos quedábamos los tres al final del entrenamiento y también solíamos ir a El Requexón los días libres. Eso sí, me llamaba la atención porque no es normal ese gusto por entrenar en un chico tan joven. Para Lunin, en Oviedo no había días libres: quería mejorar todo el tiempo.

–No paró ni en la pandemia.

–Yo lo tenía más fácil en el confinamiento porque estaba en una casa con jardín y pude trabajar algo más, pero había compañeros que lo tenían más complicado. Lunin vivía en un piso chiquito, pero siguió entrenando a "full", como es él. Al regresar a los entrenamientos volvió de diez.

–¿Y en lo personal?

–Un chico callado, correcto, un poco tímido, aunque con nosotros (los porteros) sí se abría algo más. Se le veía buen tipo. Y humilde desde el primer día al último.

–Siempre dice que aquella experiencia en Oviedo le preparó para el futuro.

–Ya tenía la dinámica de entrenar siempre, todos los días. Sabía que le iría bien porque se le veía que le gustaba mucho. Y el fútbol le debía estos momentos. Cuando se lesiona Courtois, le traen a Kepa, pero él no baja los brazos.

–Oviedo, escuela de porteros. ¿Qué le parece Leo Román?

–Un porterazo, y lo está demostrando. Sigo mucho al Oviedo, lamentablemente no puedo ver los partidos, pero sí los resúmenes y estoy pendiente, hablo frecuentemente con Segu (Sergio Segura, entrenador de porteros ahora en el Vetusta) y cuando lo ficharon me decía que Leo era espectacular.

–¿Es optimista con el equipo?

–El Oviedo está bien posicionado, ahora tiene que aprovechar esa situación. Fue una pena el partido ante el Mirandés, ese empate es muy del Oviedo... Da la sensación de que se están haciendo bien las cosas y que tarde o temprano pasará lo que todos queremos que pase. Y además hay una cosa que me gusta mucho.

–Diga.

–Que veo muchos chicos de la casa asentados en el equipo. Me enorgullece ver ahí a Jimmy, Viti, Lucas, Borja... Me encanta que sean protagonistas, me pone muy contento. Ojalá ascienda el Oviedo y se asienten esos chicos.

"De momento, sigo en la pelea"

Nereo Champagne cuenta con una dilatada carrera profesional que, tras el periodo de formación en Argentina, creció en el fútbol español. tras sus pasos por Leganés, Real Oviedo, Murcia y Rayo Majadahonda. Tras seis años compitiendo en España, Champagne regresó a su país para defender las camisetas de Atlético Alvarado, Olimpo y, actualmente, el Club Almagro. Y él ni piensa en la retirada: "Yo quiero seguir, el fútbol es lo que más amo, lo que hice desde chiquito, y es una suerte poder vivirlo con la misma ilusión de cuando empecé. De momento, sigo en la pelea", asegura el guardameta con pasado en el Oviedo.

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