La fe del vestuario del Oviedo: "Cuantos más golpes nos dan, mejor respondemos"

Los jugadores del Oviedo asumen los errores cometidos en Cartagena e instan a pasar página: "Estamos tranquilos, vamos a muerte"

Alemão, en el choque de Cartagena.

Alemão, en el choque de Cartagena. / Área 11

Nacho Azparren

Nacho Azparren

A la derrota en Cartagonova le siguió una profunda decepción, unida esta a la sensación de cabreo en la expedición carbayona por la polémica actuación arbitral encabezada por De la Fuente Ramos. Pocas conclusiones positivas sacará el Oviedo del viaje a Cartagena: cosechó una derrota, perdió a Homenchenko y salió de los puestos de play-off. Pero a seis jornadas del final de Liga no hay tiempo para lamentos. El equipo regresó ayer a Asturias tras madrugar en Murcia y será hoy cuando empiece a preparar el choque del domingo, a las 16.15 horas, contra el Tenerife en el Tartiere. Una cita para la que la afición espera una reacción que vuelva a meter a los azules en la pelea por el ascenso.

También piensa así un vestuario que se acoge ahora al Carlos Tartiere para remediar todos los males. Oier Luengo es el que pone voz al sentir de la caseta. "No nos preocupa el golpe anímico porque ya hemos demostrado que cuantos más golpes nos dan mejor respondemos. Estamos tranquilos, vamos a muerte. Volvemos a jugar en casa, con nuestra gente. Es lo que mejor sabemos hacer. El equipo va a responder cuando lo tiene que hacer", indica con convencimiento el central, uno de los fijos para Carrión.

Luengo también analiza la jugada que cambió el choque en Cartagena, la doble amarilla a Homenchenko, lamentando cómo se produjo. "Es un lance que te condiciona totalmente el partido. A mi modo de ver es una jugada en la que Homenchenko puede ir fuerte, pero es una acción más del juego. Es un poco rigurosa: sacar una segunda amarilla con lo que nos estamos jugando… Hasta ese momento no nos hicieron peligro. Teníamos el partido controlado y creamos alguna ocasión. Si llegamos a meter hubiera sido diferente, pero la roja es lo que condiciona el partido", dice Luengo. "Yo creo que son acciones que pasan mil veces en el fútbol. Homenchenko va a por el balón, puede pegar, pero es falta y ya. Es muy riguroso", añade el zaguero vasco.

Las palabras van en la línea de lo señalado por Carrión al término del choque. Se lamentó el técnico por la decisión arbitral con el charrúa, pero también tuvo palabras críticas hacia los suyos, por esa segunda parte en la que concedieron demasiado al rival. La suma de factores dio con una derrota de la que tratará de levantarse el equipo azul.

Pero lo cierto es que el partido cambió por completo con la polémica doble amarilla. Del Oviedo dominador del primer acto se pasó a un equipo endeble en la disputa y que concedió atrás. Se puso difícil con uno menos, pero los azules tampoco supieron adaptarse al nuevo escenario en el que les tocaba sufrir en inferioridad.

"El míster nos dijo al descanso que había que seguir igual, que era nuestra forma de llegar y que seguro que tendríamos nuestras oportunidades en la segunda parte. Pero es verdad que no defendimos bien los centros laterales y eso nos ha perjudicado. Tememos que ser fuertes en un bloque más bajo, en ese tipo de acciones. Y salir, porque íbamos a tener nuestras oportunidades. No ha podido ser, pero no queda otra que ganar en el Tartiere, con nuestra gente y entrar en una buena dinámica en estos seis últimos partidos", argumenta el central.

Reacción inmediata

Cartagena queda atrás, encerrado en la memoria como un mal recuerdo. Por suerte, el calendario ofrece rápido la oportunidad de resarcirse. Y el Oviedo no puede permitirse el lujo de perder otra oportunidad. El Tenerife, el domingo, es la víctima señalada por todos para regresar a la senda de la victoria y recuperar la fe en una temporada que ha despertado ilusión en el oviedismo. Será una de las tres citas que le quedan al equipo en su campo, además de Zaragoza y Andorra. Y el conjunto insular llegar con pocas cosas en juego.

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