Entrevista | Rafael Monge Asesor deportivo de Pachuca

"Pachuca no se irá de Oviedo sin que el equipo esté en Primera División"

"Para buscar jugadores para el club azul necesitamos saber en qué categoría jugará el año que viene"

Rafael Monge

Rafael Monge / Analía Pello

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

"El maestro Tabárez dirigió al Real Oviedo en Primera División, ¿no?". La pregunta la hace Rafael Monge (1984, Ciudad de Artigas, Uruguay) a LA NUEVA ESPAÑA. Es la mano derecha de Jesús Martínez, presidente del Grupo Pachuca, grupo propietario del club carbayón, y el artífice, por ejemplo, del fichaje de Alemão, el nuevo héroe azul. Está veinticuatro horas pegado a su teléfono por si el jefe se ha fijado en algún jugador o necesita conocer el resultado de algún partido. Hombre de fútbol, Monge ve casi todos los partidos que puede, teniendo en cuenta de que casi no pasa por casa y que vive en un caos de husos horarios. Lleva trabajando para Jesús Martínez dos años, pero suma veinte dentro del ecosistema del fútbol. Era representante, pero Martínez le “retiró” para trabajar con él como asesor personal y scouting (ojeador).

–¿En qué consiste exactamente su trabajo? Es un desconocido para el gran público, Jesús Martínez le tiene bien protegido.

–Soy el asesor personal de Jesús Martínez. Trato de ayudarlo en todo. Pachuca es una estructura muy grande y con mucha capacidad, por lo que necesitan a alguien que les asesore. Ayudo a Jesús en el día a día para poder anticiparnos a los otros equipos. Empezamos a trabajar siempre cinco o seis meses antes de que comience el periodo de mercado de fichajes. Llevamos un seguimiento lo más ajustado para errar lo menos posible.

–No les sirve solo que los jugadores sepan darle patadas a un balón.

–A Jesús le gusta que entrevistemos y conozcamos bien a los jugadores, porque para él es muy importante conocer a la persona. Si el futbolista es buena gente, el fichaje está hecho a un noventa por ciento. Es un tipo muy creyente. El tema familiar es muy importante para él.

–El Grupo Pachuca lo forman varios equipos, entre los que se encuentra el Real Oviedo. ¿Cómo deciden dónde encaja mejor cada jugador?

–Trabajando dentro de la estructura tuza conoces la idiosincrasia de cada equipo y sabes lo que necesitará cada uno. En España depende mucho de la división en la que juegas. El factor es anticiparse a la jugada.

–¿Hay mucha diferencia entre Europa y Sudamérica?

–Muchísima. En Primera División no tanto, pero la Segunda es muy dura. Es un fútbol muy fuerte y muy duro. En Primera la calidad es más alta, por lo que se dedican más a jugar. En Primera no hay error, los jugadores destacan mucho más. Es muy difícil elegir a los futbolistas para el Oviedo. Los equipos más duros para los azules son los que están abajo. Eso lo hace todo ilógico y complicado.

–¿Cómo ve al equipo?

–Lo veo muy bien. Es impresionante lo bien que les vino el cambio de entrenador. Carrión es un técnico que propone mucho y la gente está ilusionada. Eso, sumado a los grandes jugadores que tiene, es una gran combinación. Todo el conjunto de Pachuca quiere subir, y eso a anteriores administraciones parecía que les daba lo mismo. Este año todo el mundo empuja, y eso es importante.

–Habla de diferentes administraciones azules. ¿Qué ha cambiado desde la llegada de Pachuca?

–Jesús Martínez es un tipo muy competitivo y sufre cada segundo. Todos sus equipos tienen que ganar. Si no es este año, será el siguiente. Pero subirán. Todo su grupo de trabajo es clave, Martín Peláez, Agustín Lleida... Todos trabajan arduamente para subir. Pachuca no se irá de Oviedo sin haber subido, eso lo afirmo al cien por ciento. Es su filosofía. Agarró un equipo con una ciudad linda... Oviedo lo tiene todo. Ahora falta que también se den los resultados deportivos. Dos más dos no son cuatro en el fútbol, pero tienes que errar lo menos posible.

–Con el Pachuca y con León hicieron maravillas.

–Todos los equipos que compró Jesús los cogió en Segunda División. El Pachuca es multicampeón, va a jugar la final de la Concachampions... El León ya lleva tres títulos. Es un trabajo de muchos años.

–En el caso de que el Oviedo ascienda, ¿cuál será el siguiente paso?

–Quiero medir mis palabras, pero conociéndolo querrá armar un equipo que pelee por algo más. No quiero ser rehén de mi palabra, pero siempre busca que sus equipos sean lo más competitivos posible y su ilusión posiblemente será meterse en Europa. Tampoco digo que quiera ganar la Champions porque hay que ser realistas. Antes el fútbol era más parejo. Te pelea el Deportivo de la Coruña alguna vez... Pero hay tanta desventaja a nivel económico que hay veces que no se puede competir. Otros equipos, los grandes, no hacen seguimiento, van y ponen el dinero por una estrella y ya está.

–¿Podría asemejarse a lo que hizo el Girona?

–El Girona tardó y le costó mucho. El Oviedo podría llegar a ser un Girona o una Real Sociedad. De Segunda a meterse en Liga de Campeones. Pero hay que ser cautos.

–Se dedica a cazar talentos para el grupo. ¿Qué jugador del Oviedo es cosa suya?

–Este año traje a Alemão, el Oviedo me tocó poco. Homenchenko fue una recomendación de Marcelo Bielsa. A Colombatto lo teníamos visto de León.

–A Colombatto ya lo querían haber traído la temporada pasada. ¿Qué pasó?

–No se dio. Tuvo que salir a préstamo y Jesús hizo un gran trabajo junto a su representante porque tenía la convicción de tenerlo aquí.

–¿Qué tal está viendo a Alemão?

–No ha tenido muchos minutos, pero si el técnico le apoya, dará alegrías. Es un jugador muy fuerte. Se adaptó bastante bien, aunque le falta concretar más el gol. Los goleadores cuando encuentran puerta, adiós, explotan.

–¿A qué jugadores azules ve más fuertes?

–Abel Bretones tiene puesto en Primera. El portero, Leo Román, es también espectacular. Ellos, junto a Colombatto, son los que más destacan para mí. Especialmente el arquero, que es clave. Ha dado muchos puntos.

–Hubo un movimiento extraño. Se llevaron a Borja Sánchez a México y regresó a los meses. ¿Qué sucedió?

–Yo no estuve en esa operación, fue cosa de Jesús. El 90% de las cosas las ve Jesús porque está muy versado en el fútbol.

–¿Se lo toma muy en serio?

–Mucho, al 150%. Me habla a todas horas. Es un privilegio y un regalo de la vida el poder trabajar con él. No solo por el factor deportivo, sino por el factor humano. Es una persona que trata a todo el mundo de manera espectacular y te genera mucha confianza. Cuando te brinda toda la confianza, respondes al máximo. Llevo un mes fuera de casa y no sé cuándo volveré, pero es lo que te exige el Grupo Pachuca y estoy agradecido.

–¿Puede contar alguna anécdota sobre el jefe?

–El partido de las mujeres, que hay gente a la que igual no le interesa tanto como el de los hombres, Jesús lo vive como si fuera una final. Empieza a gritar viéndolo. Es un loco del fútbol y de sus equipos, una maravilla. Es muy pasional, lo ve todo. Para que se hagan una idea, el otro día le pregunté si había visto al Borussia contra el PSG y me pegó un grito: ‘¡No me digas nada que lo estoy grabando!’. Lo ve todo.

–¿Usted de qué equipo es?

–Yo soy hincha del Nacional, pero desde que empecé a trabajar en el fútbol es algo irrelevante. Nosotros en Peñarol tenemos a un chico que jugó aquí, a Leo Sequeira. Ahora es la figura del equipo en la Copa Libertadores. Pudo explotar y sacar su mejor versión.

–¿Qué le falló a Sequeira en el Oviedo?

–El sistema de Cervera. Allí no encajó. Con Carrión iría muy bien. Tenemos que darles continuidad a todos los jugadores.

–¿De quién fue la decisión de cambiar a Cervera por Carrión?

–Cosa de Jesús, lo vio al cien por cien. Junto a Martín Peláez y a Agustín Lleida, claro. No sé si Carrión seguirá el año que viene, es un asunto interno de Jesús. Pero les gusta mucho. El cambio del equipo desde que llegó fue brutal. Con los mismos jugadores se adaptó muy bien, y más en esta división que es tan dura. Jesús me dice que es un tipo muy coherente y muy buena persona.

–¿Qué tal su relación con Martín Peláez?

–Es un tipo espectacular. Jesús y él son amigos y forman un grupo genial. Está muy comprometido y muy implicado en el día a día del equipo.

–¿Vendrán a celebrar si el equipo consigue el ascenso?

–Seguro, si Dios quiere. Es la ilusión de todos. Yo me metería en la fuente. Me tomaría una botella de sidra dentro. Después voy preso, pero no pasa nada (risas). Yo viví el ascenso en 2009 de la Real Sociedad porque manejaba a Carlos Bueno (delantero uruguayo que fue el máximo anotador de los donostiarras aquella temporada con 12 tantos), que jugaba arriba con Griezmann. Es un caso muy similar al del Oviedo, con una ciudad espectacular como es San Sebastián. Es un ejemplo claro de cómo llegar a Europa. Hoy están entre los cinco mejores equipos de la Liga. Es un modelo presidencialista que el Oviedo podría seguir.

–La ciudad espera con ansiedad el ascenso.

–Esta ciudad es una plaza de Primera División. Por la gente, por todo. Son muchas generaciones las que no han visto al equipo triunfar, se nota el fanatismo y se merecen más que nadie tener alegrías.

–¿Se han puesto ya a buscar jugadores para la temporada que viene?

–En realidad estamos trabajando más en México porque León ya no compite. Pachuca quedó ahora eliminado. En Oviedo no puedes hacer nada porque no sabes la categoría que vas a jugar. Seguimos jugadores, pero dependerá del reporte que le dé Martín a Jesús, pero por ahora no se ha hablado nada.

–Estará harto de ver fútbol, supongo.

–Es algo que me apasiona, por lo que lo veo encantado. Veo mucho y por todo el mundo. Veo mucho en Sudamérica y en Europa. Hacemos seguimientos muy importantes, tanto de la vida personal, como en lo deportivo para no fallar.

Suscríbete para seguir leyendo