Opinión | Canta y no llores

La reflexión de Xuan Fernández sobre el estado de ánimo oviedista de cara a la final de Eibar: "Desterrar el pesimismo y hacer caso a Carrión"

El Oviedo jugará la primera eliminatoria por el ascenso ante el Eibar y el play-off es esto

Los jugadores del Oviedo celebran uno de los goles ante el Andorra.

Los jugadores del Oviedo celebran uno de los goles ante el Andorra. / Juan Plaza

El disgusto inicial es inevitable e incluso natural. La posibilidad de ir a Éibar en chanclas estuvo a un palmo de narices y la promoción matemática se esfumó. Un mini bajón que a estas alturas de la semana ya debería ser historia porque para el Oviedo el play-off ya se está jugando, con tres eliminatorias en vez de dos.

Quien no quiera ver esta realidad, que se baje del barco, como comenta estos días la persona más inteligente del club. Con la mente fría, ya no hay ninguna razón para el tembleque porque, además, lamentarse por no meterse en play-off de forma matemática es en realidad contradictorio. ¿O acaso quedar entre los seis primeros es el objetivo? La promoción de ascenso es un medio para un fin, no un fin en sí mismo, porque la meta es subir a Primera, no acabar el quinto en Segunda.

Es un tópico, sí. Una frase hecha, pero el Oviedo lo tiene en su mano y no se cambiaría por ninguno de sus competidores. Por primera vez en esta etapa un oviedista podrá seguir la última jornada solamente centrado en lo suyo. Si los de azul vencen no valen las cuentas de la lechera y no habrá que actualizar los resultados. ¿Y por qué no va a ganar este Oviedo al Eibar? Es fundamental desterrar cierto pesimismo que se arrastra desde hace años. Un derrotismo insano, como aquel temor irracional del comic de Astérix: "¡El cielo se desploma sobre nuestras cabezas!". Normal, en cierto modo, con tantas décadas de decepciones y caídas.

Pero ya valió de llantos y de los cuentos de la abuela. Esta semana deberían prohibir hablar del 2003 porque lo que pasó hace veinte años, se ha dicho, pasó hace veinte años. La tercerización resta. Hoy, el equipo de la ciudad lucha por volver a la élite. Algo impensable no hace diez años, sino el pasado septiembre. ¿O acaso no firmaría todo el oviedismo esta situación? Las palabras de Carrión, qué bendición de entrenador –quédate pase lo que pase, míster–, son una melodía para poner en bucle toda la semana porque son perfectas para cambiar mentalidades. Suceda lo que suceda, este técnico es de los pocos que han venido de fuera que ha entendido bien el contexto sin vender ninguna burra. Por eso lo que dijo el domingo es creíble. No tengan dudas: el Oviedo irá a ganar al Eibar, sin especular.

Los jugadores corren el domingo, pero el ánimo se gesta durante la semana y todo suma. El play-off ya se está jugando.

Si el Oviedo llega a jugar el play-off, cuidado con Cazorla

Santi Cazorla acabó el pasado partido muy tocado en lo anímico tras su lesión. El "8" no se lo perdonaba, se sentía culpable. "Santi, bastante has hecho", le dijeron compañeros y miembros del club. Y bastante queda por hacer, porque el liderazgo de Cazorla será fundamental todos estos días. Y si hay play-off, cuidado...

Paulino, uno de los jugadores de la temporada del club azul

Paulino anotó un doblete ante el Andorra, llega a Éibar con la flecha para arriba y es uno de los jugadores diferenciales que tiene el Oviedo. Un jugador raro, de los que no hay y, sobre todo, decisivo. Porque cuando Paulino está bien, el Oviedo suele ganar. Tiene una cualidad fundamental para lo que queda: valentía.

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