Ribera de Arriba honra un año más a sus mayores: "Sois un ejemplo a seguir"

Alberto Noval y María Celestina González recibieron el premio "Abuelos del año 2024" del concejo

Pese a los achaques de la edad, la veteranía siempre es un grado. Y en Ribera de Arriba, cada año tiene premio. Como cada mes de mayo, el concejo rindió homenaje a la tercera edad en la celebración del Día de los Mayores. Lo hizo este lunes en el centro social de La Caballería, donde más de 200 personas mayores se dieron cita en unas jornadas de convivencia y celebración vital. Antes de compartir mesa y mantel, el Ayuntamiento riberano entregó los reconocimientos "Abuelos del año 2024" a dos de sus más entrañables vecinos: Alberto Noval y María Celestina "Maruja" González. "Sois un ejemplo a seguir", les espetó el alcalde Tomás Fernández, orgulloso de la gran cantidad de gente que se dio cita en Soto de Ribera.

Ambos galardonados, de 91 años, fueron agasajados con numerosos regalos, tales como ropa, dulces, flores o un neceser. Los obsequios, que se acumulaban en una gran cantidad de bolsas sobre el escenario, corrieron a cargo de distintas entidades del municipio, como la Caja Rural, el Coro de Ferreros, el Coro de Amigos de la Ribera, el Club Riberano, la Asociación de Mayores, la Asociación Cultural de Bueño o la Asociación de Amas de Casa de Soto de Rey. Cortadores de queso y jamón abrieron el aperitivo, previo a un cordero a la estaca, que prepararon con mimo los vecinos desde las 9 y media de la mañana.

El "Abuelo del año" Alberto Noval se mostró "muy contento" por haber llegado a esa edad y por ser reconocido por el lugar donde vivió y trabajó tantos años. Nacido en Pola de Siero, reside vive ahora, su padre fundó la Imprenta Noval en los años cuarenta. Empezó a salir con su actual esposa a los 20 años y se casó a los 31, por lo que ha cumplido seis décadas casado. Perito industrial de profesión, trabajó durante todo ese tiempo en la central térmica de Ribera, hasta su jubilación en 1998. Aficionado al tenis, a la caza y al fútbol, en su juventud una lesión truncó su carrera deportiva en el Club Siero. Pese a la edad, no ha perdido su vitalidad y vive un retiro tranquilo rodeado de su esposa, sus tres hijos y sus tres nietos.

La "Abuela del año" María Celestina González estaba "algo nerviosa" ante el reconocimiento, "muy inesperado" para ella. Nacida en Santa Cruz de Mieres, su madre era de Soto de Ribera y se trasladó allí con 9 años, en plena Guerra Civil. Estudió hasta los 14 años y después se dedicó a las labores familiares, del hogar y a la labranza. Conoció a su marido (ya fallecido) "paseando por les caleyes". Aunque ahora se ayude de un bastón, siempre le gustó el baile y sigue viviendo en Ribera, un municipio del que "le gusta todo", en especial su gente. Siempre pendiente de su familia, su afán de lucha "es un ejemplo" para sus dos nietos, muy orgullosos de su abuela durante el reconocimiento.

Recuerdo para la edil hospitalizada

Durante el acto, los presentes no se olvidaron de Patricia Álvarez Villar, la concejal de Cultura, Educación y Deportes del Ayuntamiento de Ribera de Arriba, que se encuentra ingresada en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en estado grave a consecuencia de una caída fortuita desde lo alto del hórreo de su casa. "Ella tendría que estar en este escenario y está pasando malos momentos. Le mandamos nuestro mayor ánimo a ella y a toda su familia", dijo el edil Víctor Álvarez, antes de que los riberanos le dedicasen un sonoro aplauso a la espera de su recuperación.