Así trabaja la asociación salense que lucha contra el avispón asiático: un equipo organizado que logra tener a raya a esta especie invasora

"Es un problema medioambiental que nos afecta a todos. Si quitamos todas las abejas del concejo, el problema sería del agricultor", señalan los afectados

Voluntarios salenses en la eliminación de la avispa asiática, entre ellos Juan Carlos Menéndez, Sonia Álvarez (concejala de Pravia) y miembros de Protección Civil

Voluntarios salenses en la eliminación de la avispa asiática, entre ellos Juan Carlos Menéndez, Sonia Álvarez (concejala de Pravia) y miembros de Protección Civil / LNE

Ángela Rodríguez

Conocen al invasor, están organizados y formados y dominan el sistema de eliminación. Así son los voluntarios de la Asociación Salense Antivelutina, que encara estas semanas una nueva temporada de batalla "con las reinas" de la vespa velutina o avispón asiático. "Ahora en febrero y marzo ya se empiezan a poner las trampas. Pero son para capturar reinas no avispas, como cree mucha gente. A las avispas no se les ataca de esa manera. El trabajo empieza ahora y el atrayente se cambia cada ocho o nueve días. No puedes dejarlo ahí y despreocuparte hasta el próximo año. Hay que controlarlo", explica Juan Carlos Menéndez, presidente del pionero colectivo.

Y es que los de Salas fueron los primeros en la zona en organizarse para luchar contra la especie invasora, que genera un grave problema medioambiental del que no todos somos conscientes. "Mi objetivo era hacer una telaraña en el concejo, buscar miembros colaboradores en todo el concejo, en cada pueblo. Muchos piensan que este es un problema del que tiene abejas, pero no es así. Es un problema medioambiental que nos afecta a todos. Por ejemplo, ¿quién poliniza los manzanos? Si quitamos todas las abejas del concejo, el problema sería del agricultor. La avispa no solo come abejas, las necesita para sus larvas, pero también come el fruto”, asevera Menéndez. 

El presidente del colectivo muestra un nido retirado.

El presidente del colectivo muestra un nido retirado. / R. Á. R.

Es precisamente cuándo los frutales se echan a perder que los vecinos dan la voz de alarma. Una llamada a la que acude, de forma 100% voluntaria, el grupo de la Asociación salense. Actualmente, con unos setenta miembros. “Somos una asociación privada que colaboramos con el grupo de trampeo del Ayuntamiento. No recibimos ningún dinero del Principado y no tenemos obligación de acudir. Pero el problema no para”, sentencia Menéndez, inventor del sistema de aire comprimido para luchar contra la velutina.

Un arma, ahora autorizada, que se alza como el mejor remedio contra los nidos. Cada año eliminan cientos, con miles de euros que, lamentan, no llegan de Oviedo. “No nos vemos apoyados por el Principado, la verdad. No abonan nada por la eliminación de los nidos. Los voluntarios podemos gastar entre 5.000 y 6.000 euros cada año en las diferentes labores que se llevan a cabo contra esta especie invasora. Hay gente que paga su desplazamiento, que dispara con su escopeta… Nos preguntan, a través del Ayuntamiento -y de Ana Pérez, que es nuestra coordinadora-, qué material necesitamos. Y luego no llega nada. Llevamos seis años reclamando al Principado ayuda económica y material”, lamenta Menéndez. 

Por fortuna, los voluntarios sí dicen encontrar apoyo en el Ayuntamiento de Salas. Si bien la problemática exige, a todas luces, una estrategia regional. “Aquí en Salas llegamos a controlar mucho la avispa asiática. Pero si los concejos limítrofes no tienen controles adecuados, nada cambia. Por suerte, están creciendo los grupos de voluntarios en Asturias”, destaca el experto, reconociendo la labor de todos los colectivos. En especial, de los de Boal, donde el pasado año Menéndez recogió, en nombre de sus compañeros, el galardón de la Feria de la Miel. 

Como pretendía, aunque quizá de otras dimensiones, Menéndez ha logrado tejer su red, trascendiendo los límites del concejo. Junto a Pérez, ha difundido información sobre la avispa asiática y las formas de luchar contra ella a través de charlas en Pravia, Candamo, Grado, Belmonte, Tineo y Oviñana. “Tanto Ana como yo queremos que esto crezca. Cuando saqué el arma, la publiqué. Para que todo el mundo pudiera hacerlo. Ahora, nuestro objetivo es llegar a algunos pueblos de nuestro concejo que aún no colaboran”, apunta el presidente. Que también agradece la colaboración de la Protección Civil y la buena disposición de los agentes de la Guardia Civil.

Frente a una nueva temporada de trampas, eso sí, la reivindicación sigue siendo la misma: “Necesitamos la máxima colaboración del Principado. Necesitamos que despierte. Sólo pedimos el material necesario para seguir realizando esta labor. Cuando vamos a comprar veneno para repartir, pagamos 300 euros, por ejemplo. Lo que se pide es que el Principado apoye realmente a la asociación, los grupos y los voluntarios. Lo que manda es mínimo. Queremos que destine fondos, que los envíe al Ayuntamiento y que podamos pasar la factura de todo lo que compramos”, clama Menéndez.