El sistema que permite a Salas mantener los pueblos libres de plásticos y evitar sanciones a las ganaderías (por unos veinte euros al año)

El municipio salense fue pionero en la aplicación del sistema que ahora replican otros Ayuntamientos de la región

Un operario municipal recoge plásticos en los pueblos del concejo de Salas

Un operario municipal recoge plásticos en los pueblos del concejo de Salas / LNE

Ángela Rodríguez

No es fácil cuantificar todo el plástico que utilizamos cada día, pero sí constatar el problema ambiental que supone no reciclarlo. A esa conclusión llegó, hace ya tiempo, el consistorio de Salas, que impulsó un sistema de recogida de plásticos agrarios en los pueblos para beneficio de vecinos y ganaderías. Fueron pioneros entonces, en 2017, cuando comenzaron con la recogida selectiva de las toneladas de plástico que cada año salen de las ganaderías del concejo. “Ibas por los pueblos y veías los plásticos en los cierres de las fincas…era una pena. En esta zona de Salas, sobre todo la de La Espina, hay ganaderías bastante grandes. Ahora, varios días al mes, pasa el camión del Ayuntamiento y los lleva al punto limpio”, explica María Ángeles Fernández, concejala de Medio Ambiente en Salas. 

Los plásticos agrarios no están considerados residuos domésticos, por lo que su recogida no es, inicialmente, competencia municipal. No obstante, “siempre en busca de un Salas mas limpio”, el gobierno local se propuso gestionarlos, “dividiendo el concejo en cuatro zonas y designando, junto a los vecinos, puntos de recogida en cada pueblo”. “Se acumulan en sacos, para que ni los animales ni el aire los esparza. Y, en el caso de las ganaderías mas grandes, se pasa por las propias explotaciones a recogerlos”, apunta Fernández. 

Con doscientas cabezas, Sonia Méndez es una de las ganaderas que se beneficia del sistema municipal de recogida. “Si los plásticos terminaban en el contenedor del pueblo, se llenaba. Sino había que atarlo a mano y dejarlo al lado…Este sistema municipal facilita mucho el trabajo, la verdad. Dejo los plásticos en una pila y cuando creo que tengo para medio viaje llamo al Ayuntamiento”, explica la ganadera. Que estima puede utilizar alrededor de noventa bolas de forraje al mes, en una ganadería de leche en la que también utiliza pienso. 

Un momento de la recogida.

Un momento de la recogida. / R. Á. R.

“Nos ayudan a recoger los plásticos de las bolas, la cuerda o malla con que se ata esa bola y, además, también los de los silos de zanga. Que pueden medir hasta cuarenta metros. A veces, también desechamos así los ‘big bags’”, destaca Méndez. De hecho, la cantidad mínima de plástico estipulada por el Ayuntamiento para su recogida municipal es, aproximadamente, “el volumen, una vez doblados los plásticos, que quepa en dos big bags de una tonelada”.

Respecto a las tasas, se establecen diferentes cantidades en función del número de cabezas de la ganadería. “En ningún caso supera los 20 euros al año”, explica la concejala. Según la normativa municipal, las ganaderías pagan por la recogida de sus plásticos agrarios doce euros al año (entre 5 y 10 cabezas de ganado), dieciséis euros (entre 11 y 50 cabezas) y veinte euros al año (a partir de 51 cabezas). Depositar los plásticos ganaderos en contenedores de residuos domiciliarios supone una infracción, susceptible de denuncia por parte del Ayuntamiento, la Consejería o el Seprona.

Tras siete años de aplicación del sistema municipal, tanto el gobierno local como los usuarios hacen "balance positivo". "Merece la pena, pagas lo que haga falta por esa ayuda y no tener que preocuparte de darles salida", asegura Méndez. El vecino Ayuntamiento de Grado comenzará próximamente la implementación de esta recogida selectiva de plásticos.