"Cornellana me sorprendió por su magnificencia y por su conservación"

El arquitecto Enrique Saiz Martín (Valladolid, 1962), director general de Patrimonio de la Junta de Castilla y León durante 16 años, hasta 2019, ha asumido, desde la consultora que dirige, "HeriqArt", la responsabilidad de hacer prosperar la candidatura de los sitios cluniacenses a la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, a la que quiere incorporarse el monasterio de Cornellana, en Salas. Enrique Saiz tiene previsto visitarlo el mes que viene. Entretanto, hoy a las 12.00 horas, en su salón de actos y dentro de los actos conmemorativos de su milenario, Zoilo Perrino Díaz, director de la Asociación Cluny Ibérica, pronunciará la conferencia "Aires de cambio continentales: Cluny en la península, introducción y peculiaridades".

–Empezaron con cinco sitios en España dentro de la candidatura cluniacenses.

–Todavía no se han fijado los que van a presentarse. En España llegó a haber 30 o 40 emplazamientos cluniacenses en la Edad Media, pero nosotros tenemos que hacer un proceso de selección para asegurarnos que de que los que incluimos son representativos de la red de monasterios tan importante que fue Cluny, desde la fundación de la abadía en el 909 hasta los dos mil monasterios que llegó a tener. Por eso cuantos más mejor. Estamos haciendo un planteamiento amplio, que represente cómo la que fue la gran multinacional de la Edad Media dio estabilidad a una Europa en crisis, en una época convulsa, y propició la constitución de los estados europeos.

–¿Entonces cuál es el estado de la candidatura actualmente?

–Hay una Federación Europea de Sitios Cluniacenses, a la que pertenecen en España cuatro lugares en Palencia, uno en León y otro en Aragón. Cornellana plantea como un sitio importante, desde el punto de vista histórico, pero también porque está en rehabilitación y a la búsqueda de una función, lo que le puede dar relevancia.

–¿Cuánto puede tardar en resolverse todo el procedimiento?

–Las candidaturas a Patrimonio Mundial son cada vez más largas, y esta es aún más complicada porque se trata de un bien en serie. En España hay unos 200 sitios de los 2.000 documentados en esa red –no estamos hablando de incluirlos todos– y a la vez son bienes trasnacionales, de ocho países, liderados por Francia, con el 70 por ciento de los sitios. Empezamos con un prediagnóstico en el año 2020, al año siguiente nos dieron el encargo firme de lanzar la candidatura, pensamos finalizar en el año 2025 y presentar un dossier a la oficina de Patrimonio Mundial en parís, pero quedan procedimientos burocráticos que tienen que poner en marcha la administraciones. El proceso de evaluación, que duraba dos o dos años y medio, se ha alargado. No antes del año 2027 podría votarse en el comité de Patrimonio Mundial.

–¿Qué debe hacer Cornellana para sumarse a la candidatura?

–Pronto me reuniré con el Alcalde de Salas para hablar de ello. Lo primero es incorporarse al proyecto de sitios de Cluny, porque facilita la candidatura y porque muestra que la antigua red de Cluny permanece viva. La incorporación a esa red es una oportunidad porque permite participar en actividades, encuentros... La Unesco cada vez valora más la parte social de las candidaturas, que el patrimonio cultural sirva también para el desarrollo de la sociedad. La Federación trabaja en esa línea. Me consta que Cornellana ya ha preguntado cómo incorporarse a la Federación, y luego puede unirse a la candidatura.

–¿Cree que tiene posibilidades?

–He podido ver la iglesia y el compás del monasterio, y me sorprendió por su magnificencia y porque está bien conservado. El edificio se mantiene, con todas sus partes, las que dan testimonio de la Edad Media y las más modernas, del XVI y el XVII. Veo muchas posibilidades a Cornellana.

–¿Europa existiría tal como la conocemos sin la orden de Cluny?

–No sería como es, desde luego. Después pasaron el Renacimiento, la Ilustración, todos los movimientos del XX..., pero tuvieron una gran influencia en la formación de los estados de Europa. Cambiaron la manera de vivir la religión, pero también la de organizar las ciudades. Siempre estaban cerca de las ciudades y ayudaban a organizar el comercio, la justicia... Todo eso está en la base de Europa.