Monumental cantata para los mil años del cenobio de Cornellana

El Monasterio vivió ayer el estreno de la cantata "Sancti Salvatoris in Corneliana", de Guillermo Martínez

VÍDEO: El Monasterio de Cornellana llena su silencio milenario con una monumental cantata

T. CASCUDO

Ángel Medina

Ángel Medina

El Monasterio de Cornellana acogió ayer, con lleno absoluto y ovación desbordada, el estreno de la cantata "Sancti Salvatoris in Corneliana", composición encargada por la Fundación Valdés Salas a Guillermo Martínez para celebrar el milenario del cenobio que Ángel Medina analiza en este artículo. Ayer, Isidro Sánchez, presidente de la Fundación, se refirió a la cantata como "un hito en la historia siguiente del monasterio" y mostró la emoción del patronato por esta "aportación real al patrimonio de nuestra tierra". El compositor, entre aplausos, se confesó "desbordado de las mejores emociones" tras haber vivido "un momento único".

El Monasterio de San Salvador de Cornellana fue fundado hace mil años. Sin duda, una cifra tan redonda merece especial festejo como el desarrollado ayer. En lo que atañe a la Fundación Valdés Salas, la idea de impulsar la creación de una obra musical dedicada a la efeméride surgió a fines de 2023, pero una cosa es programar una velada musical con piezas del repertorio y otra muy distinta consagrar todo el concierto a la interpretación de una partitura creada para la celebración del milenario.

Son varias las razones que llevaron a la Fundación Valdés Salas a tomar esta última opción. La primera viene dada por el hecho de que una nueva obra constituye una aportación real al patrimonio musical de nuestra tierra. Después, porque de este modo se da voz a un talentoso compositor asturiano, ya con una enjundiosa trayectoria a sus espaldas. Y, en tercer lugar, porque se trata de una composición que se nutre tanto de la mismísima historia del monasterio como de su evocación y leyenda. Por otro lado, los recursos artísticos puestos en juego la hacen apetecible para cualquier auditorio. Es este un proyecto, por cierto, que no podría haberse materializado sin el generoso patrocinio de la familia Cosmen Menéndez-Castañedo (CMC XXI).

En conversaciones habidas entre diversos responsables y patronos de honor de la Fundación con el maestro Guillermo Martínez hubo pleno acuerdo sobre la idea de promover el estreno de una creación que fuese la protagonista exclusiva del concierto. El resultado es la "Cantata Sancti Salvatoris in Corneliana" que ayer se estrenó.

La elección de los efectivos pasó por varias fases hasta constituir una formación llena de posibilidades tímbricas y dinámicas, a base de soprano y mezzosoprano solistas, octeto vocal, coro mixto, ensamble de metales, arpa, órgano y amplia percusión. Todo el conjunto estuvo dirigido por el maestro Joaquín Valdeón, que ya había presentado en concierto algunas composiciones con efectivos muy parecidos, como el "Gloria" de John Rutter; o el "Magnificat", de Jonathan Willcocks.

Queda dejar constancia de varios detalles del contenido de la obra. En primer término, destaca el papel que adquiere el documento de fundación de San Salvador de Cornellana (1024). La donante fue la infanta Cristina, hija del rey Bermudo II de León. La cantata aprovecha en el "Introito" la invocación a la Santísima Trinidad que abre el documento; y en el "Finale-Tutti" se escucha la concreta orden de fundación, precisando el texto que se edifica en Cornellana, "junto al río Narcea, en la tierra de los asturianos". Son palabras que nos retrotraen a tiempos muy remotos, pero que se tornan vivos cuando la historia nos los devuelve para hacer que nuestro presente y nuestra identidad adquieran pleno sentido.

Hablando de historia, procede mencionar al profesor Miguel Calleja, pues en los primeros meses de 2024 se hallaba dando los últimos retoques a un libro y cerrando la edición de un álbum de facsímiles sobre el monasterio, ambos encargados igualmente por la Fundación Valdés Salas. Se trata, sin duda, de dos decisivas aportaciones académicas. A los efectos de la cantata, Miguel Calleja facilitó tanto la edición del texto latino fundacional como su propia y cuidada traducción al castellano. El compositor se ha inclinado por la versión original en latín para engastar en la partitura los puntuales fragmentos antes citados. Las palabras latinas, dotadas de ese "temblor enigmático y litúrgico" del que hablaba Valle-Inclán en "Divinas palabras", poseen un perfume y una sacralidad que encajan muy bien con los tiempos evocados en la cantata.

Génesis de una obra que celebra un milenario | PÚBLICO ASISTENTE AL ESTRENO DE LA CANTATA. | T. CASCUDO

Público asistente al estreno de la cantata. / T. Cascudo

Asimismo, Calleja puso en conocimiento de la Fundación Valdés Salas la existencia de unos pergaminos con notación musical conservados en el Archivo Histórico Diocesano de Oviedo y que procederían de Cornellana. También sugirió que la transcripción de alguna de las piezas musicales allí contenidas podría tener un cierto papel en la conmemoración. Se hicieron, pues, las correspondientes consultas y gestiones en el Archivo Histórico Diocesano –dirigido por José Tuñón– y se obtuvieron los permisos necesarios para el uso académico de estas fuentes, que podrían fecharse hacia 1200. Se trata de dos bifolios que contienen antífonas y responsorios de canto llano en notación aquitana sobre línea a punta seca. En concreto, hemos transcrito la antífona "Hic accipiet" y se la enviamos al compositor para que pudiese utilizarla como su vis creativa mejor se lo aconsejase.

La presencia de esta cantilena en la "Cantata Sancti Salvatoris in Corneliana" reviste un alto valor simbólico. Es una mínima "pars pro toto" de los numerosos cantos que sonaban allí en las diversas horas del oficio divino y, en suma, un eco de la espiritualidad que presidió la historia del monasterio mientras existió como tal. Fe y devoción que se prolongan hasta el presente desde la iglesia aneja de San Juan Bautista, a cuyo frente se halla el párroco don Arturo García Rodríguez. En todo caso, estos bifolios son un testimonio de la época en la que el monasterio había pasado a depender de Cluny.

Salen así del silencio sonidos y palabras llenos de una carga histórica y emocional que solo la música es capaz de actualizar. Pero, más allá de los pasajes latinos utilizados, lo cierto es que el grueso del texto está en castellano y su autor es el propio Guillermo Martínez. El compositor quiso entablar un diálogo entre el pasado y el presente. Esta conversación explica, entre otros muchos detalles propiamente musicales, que el músico haya interactuado con la Inteligencia Artificial para la creación de las letras de las arias y de otras partes de la cantata. Hay muchos aspectos en ella que merecen comentario específico, ya que la composición contiene abundantes claves y no pocos juegos intertextuales que la enriquecen con sutileza, convicción y excelente técnica. Las notas al programa de Daniel Moro se ocupan de ahondar en este singular y oportuno estreno.

El deleite está servido. Toca disfrutar de la música. Y, sin embargo, toda esta red de contenidos da mucho que pensar. En la donación de Cristina se dice que nunca nadie habrá de perjudicar al monasterio y que quien lo haga merecerá quedarse ciego, arder, indemnizar a la iglesia, ser anatema, permanecer insepulto, condenarse en el Juicio Final, sufrir las plagas bíblicas y que sus descendientes padezcan la lepra y vivan como mendigos. Ni siquiera estas tremendas admoniciones consiguieron conjurar la incuria de los siglos y el insoportable deterioro de un patrimonio tan valioso. Deseamos que las celebraciones de este año sean el pórtico de una nueva era en la historia de San Salvador de Cornellana, un centro del mundo "junto al río Narcea, en la tierra de los asturianos".