Juan Alonso-Villalobos Goyarrola es un gran donante asturiano con sangre leonesa. Él dice "cazurra". Este programador informático recorrió con su familia "toda España" y allá por 1978 recaló en Oviedo.

"Empecé a donar en el Centro de Transfusiones de Oviedo con unos 28 años", y lamenta: "No sé por qué no lo hice primero". En el año 2000 Alonso-Villalobos se casó con una avilesina y cambió la capital por la ciudad medieval. Ahora tiene dos hijos de 10 y 5 años y quiere inculcarles los beneficios de donar sangre: "El otro día llevé conmigo al pequeño a donar para que se vaya familiarizando". La lección que le dio, muy sencilla: "Se trata de regalar dos horas de tu vida al año, de donar cuatro veces cada doce meses y, en definitiva, de dar algo que nos sobra a todos, sangre".

Este avilesino de adopción -en el año 2010 recibió un premio provincial por su gran número de extracciones y en 2014 el galardón "gran donante de España"- suma hasta la fecha 88 donaciones. Pronto serán muchas más.

"Está previsto que instalen en Aviés una máquina de aféresis y ya he hecho la prueba para saber si soy o no compatible. De serlo podría donar una vez al mes", manifiesta. La donación por aféresis permite donar plaquetas y/o plasma sin apenas pérdida de glóbulos rojos y las donaciones pueden ser más frecuentes que en la modalidad de sangre total, ya que la recuperación de plaquetas o plasma es mucho más rápida que la de glóbulos rojos.

A Juan Alonso-Villalobos le gustaría que a la nueva máquina de aféresis le pusieran el nombre de Palmira García, impulsora de las donaciones en Asturias y presidenta de la asociación en Avilés y Corvera. Esta mujer fallecida en 2016 terminaba todas sus intervenciones con las mismas palabras: "Dona sangre, regala vida". Ahora Villalobos quiere que la máquina de aféresis se llame "Palmira".

Juan Alonso-Villalobos Goyarrola no sabe lo que es el miedo a las agujas. "Si vas a donar sugestionado te pueden dar siete males pero de otra forma no hay por qué tener miedo, es un proceso sencillo y rápido".

Villalobos acude periódicamente a donar al local de la asociación avilesina. Al autobús van, a su juicio, los donantes esporádicos. Él tiene claro que continuará regalando sangre todo el tiempo que pueda, mientras la salud se lo permita. No busca medallas. Tampoco aplausos.

"Lo hago sólo por solidaridad", concluye.